Quito, 27 may (EFE).- El número total de contagios por tosferina en Ecuador alcanzó los 874 afectados desde el inicio de año y hasta el pasado 18 de mayo, según cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública (MSP).
Según el MSP, las provincias costeras de Manabí, con 233 casos; y Guayas, con 191; así como la andina de Pichincha, con 154, son las que mayor incidencia han registrado este año de esta enfermedad altamente contagiosa.
De acuerdo con la cartera sanitaria, los menores de un año son el grupo social que más infecciones concentra con 437 casos, seguido de los niños de 1 a 4 años con 137 y en tercer lugar los menores entre 2 y 9 años, con 60 contagios.
Además de la alerta naranja decretada el pasado lunes por el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en la provincia andina Chimborazo, donde se registró un brote de 42 casos, el Municipio de Quito, capital de Ecuador, también alertó de la presencia de esta enfermedad en seis centros educativos de la ciudad.
En concreto, el número total de estudiantes infectados aumentó de cuatro a 12 en tan solo dos semanas, de los cuales cinco corresponden a la Unidad Educativa Espejo, cuatro a la Antonio José de Sucre, dos a la Oswaldo Lombeyda y el resto a las instituciones Julio Moreno, Bicentenario y Sebastián de Benalcázar, según informó el concejal quiteño Andrés Campaña.
Por este motivo, y según informaron medios de información locales como Ecuavisa, la alcaldía reforzó la coordinación con el MSP a fin de ampliar las jornadas de vacunación, no solo en las unidades educativas, sino también en centros de desarrollo infantil.
Como medidas preventivas para tratar de aplacar el repunte en Chimborazo, el COE provincial dispuso la suspensión de clases presenciales por dos meses en todos los niveles educativos, así como la restricción de eventos y el uso obligatorio de mascarilla y alcohol desinfectante en instituciones públicas y privadas.
El Ministerio informó que, en la última semana, se administraron más de 94.000 dosis de vacunas contra la tosferina y la fiebre amarilla a nivel nacional, como parte de una campaña intensiva para contener brotes focalizados de ambas enfermedades.
La estrategia para combatir la fiebre amarilla, que prioriza a niños menores de siete años y a viajeros hacia zonas de riesgo, especialmente la región amazónica, incluye vacunación en centros de salud, escuelas y brigadas móviles, así como la implementación de un semáforo epidemiológico por provincia para monitorear la situación.
Según el ministro de Salud, Edgar Lama, los focos están controlados y apuntó que se destinarán todos los recursos necesarios para inmunizar a la población no vacunada en el menor tiempo posible.
Las autoridades reiteran que no se trata de una epidemia nacional, sino de situaciones focalizadas que requieren atención inmediata para evitar su propagación.