Ximena Hessling
Madrid, 21 jun (EFE).- La situación de las personas sin hogar que utilizaban el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas como refugio nocturno ha cambiado de forma drástica, al cumplirse un mes de los controles de acceso.
Según la secretaria general de Cáritas Madrid, Pilar Algárate, «ahora mismo, con las medidas que se han tomado, estamos hablando de 150 personas, más o menos, que están pernoctando en el aeropuerto».
Los controles, que comenzaron el 21 de mayo, restringen el acceso entre las 21:00 y las 05:00 horas, permitiendo la entrada únicamente a pasajeros con billete o tarjeta de embarque, acompañantes y trabajadores acreditados.
Esta medida, impulsada por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) y avalada por un informe de la abogacía del Estado, buscaba contener la crisis generada por la presencia de personas sin hogar en las instalaciones aeroportuarias.
A la espera de una solución

Un mes después de la implementación de las restricciones de acceso, muchas personas sin techo se han visto obligadas a buscar alternativas precarias.
La representante de Cáritas sostiene que ahora no hay personas sin techo durmiendo en el aparcamiento, como ocurría inicialmente, aunque reconoce que «hay una entrada, por ejemplo a la T-4, que tiene una escalera mecánica en cuyos laterales puede estar durmiendo alguien que no haya podido entrar por los accesos principales».
Otros pueden sufragar una pensión o un hostal para descansar durante unos días para después volver a la situación de calle.
«Con el calor, a veces, están más cómodos sin tener que trasladarse al aeropuerto porque ahora mismo en las calles de Madrid no se está tan mal como en invierno», explica Algárate.
Mientras se elabora un censo y mientras las administraciones llegan a un acuerdo para atender a cada una de las personas, afirma, la cifra ha descendido por las medidas adoptadas y por la llegada del buen tiempo.
Una realidad diversa
Un estudio realizado por la Mesa por la Hospitalidad del arzobispado de Madrid -de la que forma parte Cáritas- reveló que entre marzo y abril de 2025 había entre 271 y 421 personas sin hogar pernoctando en las cuatro terminales del aeropuerto.
El 38 % de estas personas tenía trabajo, pero no podía pagar un alquiler.
«La realidad era diversa»: había gente que tenía un empleo, pero lo perdió, no disponía de una red familiar de apoyo y se quedó sin vivienda; a otros, a veces, por un problema de salud mental les habían echado del alojamiento en el que estaban; otros no estaban empadronados en Madrid porque nunca habían hecho ese trámite; otros tenían una pensión que no les daba para alquilar un piso o tenían dificultades para encontrar alojamiento porque no querían personas mayores.
La secretaria general de Cáritas, que ha acudido al aeropuerto durante más de un año, señala que las historias que ha escuchado de estas personas no tienen nada que ver con lo que se ha transmitido a través de algunos medios de comunicación y asegura que los casos de robos, prostitución, drogadicción y chinches son puntuales.
El censo comenzará en breve
Tras semanas de tensiones entre administraciones, Aena y el Ayuntamiento de Madrid acordaron a finales de mayo la elaboración de un censo de personas sin hogar en el aeropuerto, que sería realizado por la consultora Fresno.
Hace unos meses, se formó un grupo de trabajo, que coordina Aena, con las tres Administraciones, el Ayuntamiento de la capital, la Comunidad de Madrid y la Delegación del Gobierno, así como la Mesa por la Hospitalidad para buscar una respuesta a esta situación de manera conjunta.
Este grupo de trabajo, que ha tenido reuniones semanales en los últimos meses, está a punto de cerrar las preguntas del censo, a partir de una propuesta de la entidad Fresno, con las aportaciones de todas las Administraciones y con el objetivo de ponerlo en marcha «en breve», precisa Algárate.
«En la medida en que las Administraciones puedan dar respuesta a este problema, pues perfecto y si necesitan apoyo en alguna de esas atenciones, pueden llamar a las entidades que trabajamos con las personas sin techo en la ciudad de Madrid para darles una alternativa habitacional o acompañamiento», resalta.