Tokio, 6 jul (EFE).- El emperador Naruhito y la emperatriz Masako de Japón partieron este domingo para una visita de Estado a Mongolia, la primera de un emperador japonés, con el objetivo de reafirmar la amistad entre ambas naciones, en un año en el que se conmemora también el 80.º aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.

«Espero que esta visita con Masako sea una oportunidad para profundizar todavía más la relación amistosa e íntima entre Japón y Mongolia», dijo el miércoles el emperador Naruhito en una rueda de prensa, donde añadió que su esposa «está cuidando la salud» en preparación al viaje.
También destacó que en este año, cuando se conmemora el 80 aniversario de la Segunda Guerra Mundial, ambos han visitado varios lugares como Iwojima y Hiroshima, entre otros, donde renovó su sentimiento de «la importancia de la paz».
Como parte de su visita a Mongolia acudirán el lunes a varios centros de almacenamiento de agua y el martes, serán recibidos por el presidente del país, Ukhnaagiin Khürelsükh, y su esposa, Bolortsetseg Luvsandorj.
El miércoles visitarán un centro tecnológico y una universidad y mantendrán audiencia con representantes de los residentes japoneses en el país.
Su visita continuará el viernes 11 con la participación en la ceremonia de inauguración del Festival de Naadam, una celebración de la cultura nómada del país, y concluirá el domingo 13 con el regreso a Tokio.
Esta será la tercera visita oficial que la pareja imperial nipona realizará al extranjero con el fin de promover la buena voluntad internacional desde que accedieron al trono en 2019. Los anteriores viajes fueron a Indonesia en 2023 y a Gran Bretaña el año pasado.
En 2007, el actual emperador de Japón viajó a Mongolia como príncipe heredero para conmemorar el 35 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas naciones.
Durante ese viaje, Naruhito asistió al mayor festival que se celebra en el país, el Naadam, que se celebra durante las vacaciones de verano y que consiste en practicar lucha mongola, carreras de caballos y tiro con arco.
En el desarrollo de esa visita, el emperador depositó flores en un monumento cerca de Ulán Bator en honor a los japoneses que murieron durante el internamiento tras la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar la guerra, el ejército soviético trasladó a Mongolia a unos 14,000 nipones detenidos y más de 1,700 perdieron la vida.