Salamanca, 11 may (EFE).- El sepulcro de Santa Teresa de Jesús (1515-1582) ha sido abierto en varias ocasiones por distintos motivos, la última en agosto del pasado año para el estudio de sus restos, pero no tiene precedentes su apertura para su veneración pública como ha ocurrido este domingo en Alba de Tormes (Salamanca).
En 1914, vísperas del cuarto centenario de su nacimiento, fue destapado con la autorización del papa Pío X, pero fue a título privado, tras la petición del padre Clemente de los Santos, general de la orden carmelita.
Años antes, en 1760, también fue abierto para realojar sus restos en una urna funeraria que regalaron los reyes de España, por lo que la última veneración pública se produjo en 1582 con motivo de su fallecimiento.
Durante los próximos catorce días, los peregrinos podrán venerar a la santa reformadora en la basílica de la Anunciación, donde reposan sus restos en la iglesia conventual.
Los restos, protegidos en su sepulcro con una lama de vidrio transparente, mantienen el mismo aspecto que tenía en esa apertura de 1914, aunque en aquel momento fue solamente durante unas horas.
El prior de los Carmelitas Descalzos de Salamanca y Alba de Tormes, Miguel Ángel González, ha explicado que se ha de trascender la imagen visual desde una mirada contemplativa, como la que tenía la propia santa, para recibir el “regalo espiritual” que ofrece “con el testimonio de su vida, la riqueza de sus escritos, la grandeza de sus huellas, como mujer, como santa y como doctora”.
Apertura

La ceremonia ha comenzado a las nueve de la mañana de este domingo con un acto simbólico de apertura previo a la veneración bajo la presidencia del obispo de Salamanca, José Luis Retana; el superior provincial de los carmelitas Descalzos en España, Francisco Sánchez Oreja, y otras personalidades como el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.
El acto ha finalizado con el tañido de campanas y la apertura de las puertas a los peregrinos y visitantes para el inicio de la veneración.
