Los humanos habitaron las selvas de Guinea de manera continuada durante más de 20.000 años

El investigador Antonio Rosas durante una de las expediciones antropológicas en Guinea Ecuatorial. EFE/Crédito: Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC)

Madrid, 2 jul (EFE).- Recientemente, un equipo español de científicos descubrió que hace unos 40.000 años, los humanos prosperaron en uno de los ecosistemas más desafiantes del planeta: las selvas de Guinea Ecuatorial. Ahora, ese mismo equipo ha confirmado que los Homo sapiens ocuparon la zona durante más de 20.000 años.

El estudio, liderado por el investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), Antonio Rosas, y en el que han colaborado científicos del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA), todos de España, se basa en los datos recopilados durante once campañas paleoantropológicas desarrolladas en Guinea Ecuatorial.

La investigación, que se ha publicado en la revista Quaternary International, pone de manifiesto las capacidades tecnológicas y la evolución de los Homo sapiens que habitaron Guinea Ecuatorial durante más de 20.000 años, uno de los ecosistemas más hostiles y desafiantes del planeta.

En las campañas, realizadas por todo Guinea Ecuatorial desde 2014, el equipo ha identificado 449 afloramientos estratigráficos, cincuenta de ellos con cerca de 900 herramientas líticas que evidencian una sofisticada tradición tecnológica.

Todos los utensilios descubiertos se han datado entre 45.000 y 21.000 años antes de nuestra era, es decir, que se fabricaron al final del Paleolítico Medio africano o Middle Stone Age (comprendido aproximadamente entre 300.000 y 25.000 años antes del presente), apunta el estudio.

«Estos datos indican que las poblaciones del Paleolítico Medio persistieron en esta región incluso cuando en otras zonas del continente ya se había desarrollado el Paleolítico Superior», destaca Antonio Rosas.

El estudio no solo evidencia la presencia de los primeros Homo sapiens en todo Guinea Ecuatorial, sino que muestra que dicha ocupación fue sistemática, generalizada y más duradera de lo que se pensaba hasta el momento.

Estas conclusiones respaldan los resultados obtenidos por el mismo equipo de investigadores en enero de este año, cuando un estudio publicado en la revista Quaternary Science Reviews aportó pruebas de la avanzada capacidad tecnológica y cultural de nuestros antepasados.

Aquel estudio reportaba las pruebas halladas en el yacimiento ecuatoguineano de Río Campo, más de 400 herramientas de piedra, como puntas bifaciales y útiles asociados a actividades de caza y procesamiento de materiales que demostraban una gran complejidad tecnológica y unas capacidades culturales que permitieron a estas comunidades humanas adaptarse a entornos hostiles con una densa vegetación, altas temperaturas y recursos impredecibles.

«Se trata de evidencias de cómo los humanos modernos se adaptaron a entornos tan complejos como las selvas ecuatoriales africanas», subraya Rosas.

En paralelo, la datación de las herramientas, de entre 45.000 y 20.000 años, ponen de manifiesto «una transmisión de conocimientos técnicos que, en el espacio, conecta con otras industrias líticas del centro y sur de África y, en el tiempo, supone una tradición tecnológica sostenida durante milenios», añade Juan Ignacio Morales, investigador del IPHES-CERCA y coautor del estudio.

Aunque la narrativa tradicional sobre la evolución humana en África se ha planteado como algo simple y lineal -como una escalera evolutiva unidireccional que transcurre de padre a hijos-, los últimos descubrimientos están demostrando que la evolución humana fue mucho más compleja y diversa, y que en el pasado múltiples especies de homínidos coexistieron, se interconectaron y se adaptaron a distintos entornos, formando ‘un complejo mosaico’.

Asimismo, aunque tradicionalmente las investigaciones se han centrado en regiones áridas o semiáridas de África donde el registro fósil es más abundante, las campañas antropológicas desarrolladas por este equipo de investigadores están reivindicando la importancia de África Central para entender la vida, evolución y adaptación del Homo sapiens.

«La visión tradicional asumía una ocupación humana tardía en las selvas ecuatoriales africanas, pero tanto en este trabajo como en el anterior hemos confirmado su presencia en estos entornos tan hostiles», añade Rosas.

La próxima campaña en Guinea Ecuatorial -la número 12 A- comenzará a principios de julio y, en esta ocasión, contará con la participación de instituciones ecuatoguineanas como el Instituto Nacional de Desarrollo Forestal y Manejo del Sistema de áreas Protegidas y la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial.

El equipo refinará las dataciones existentes y recogerá datos sedimentológicos y geomorfológicos en dos regiones del norte del país: la cuenca del río Campo y la región de Temelón, para tratar de averiguar el origen de los grupos humanos que habitaron estos ecosistemas.

«No se descarta que sean descendientes de poblaciones presentes en la región desde hace más de 250.000 años, aunque una hipótesis que se pretende contrastar es la posible influencia de migraciones humanas desde el este de África, coincidiendo con una gran expansión demográfica hace unos 70.000 años», advierte Antonio Rosas. EFE

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