Los jefes de las sociedades andinas antiguas tomaban alucinógenos para mitificar su poder

El Yacimiento Arqueológico de Chavín de Huántar, en el Perú actual, alberga varios edificios monumentales que presiden una gran plaza situada a 3.000 metros de altitud. EFE/Crédito Daniel Contreras / investigador de la Universidad de Florida

Redacción Ciencia, 5 may (EFE).- Una investigación ha confirmado que los jefes de las sociedades andinas de la cultura Chavín, en Perú, tomaban sustancias alucinógenas para reforzar su misticismo y afianzar su poder, según describe este lunes un artículo publicado en la revista Proceeding de la Academia Nacional de Ciencias de Norteamérica.

La cultura Chavín se desarrolló aproximadamente entre los años 1500 antes de Cristo (a.C.) a 200 a.C. en una zona de alta montaña, a 3.000 metros de altitud, en lo que hoy es el distrito Chavín de Huántar, en la provincia peruana de Huari.

Los Chavín constituyeron una de las sociedades más importantes de la época pre Inca en los Andes, y se caracterizaron por sus avanzados conocimientos en agricultura, arquitectura, ingeniería o comercio, así como por una profunda creencia en las divinidades a quienes trataban de asemejarse.

Hoy día se considera que, a través de sus innovaciones y modos sociales, fueron los encargados de sentar las bases de la sociedad jerárquica en la montaña andina; y las sustancias alucinógenas parecen haber tenido un papel muy relevante para ello, según pone de manifiesto esta investigación.

 

Representación de la cámara o galería donde se descubrieron los utensilios para drogarse. Esta cámara privada era de acceso restringido, lo que sugiere que el consumo de psicodélicos era un ritual especial reservado a la élite.EFE/Crédito: Daniel Contreras / investigador de la Universidad de Florida

Drogarse como signo de poder

Plantas alucinógenas representadas en el arte lítico de Chavín, Perú, incluyendo la vilca (arriba a la izquierda), el cactus de San Pedro (arriba a la derecha), y los efectos característicos de la ingestión, el rictus y el flujo mucal (fila inferior).EFE/Crédito: Miguel G. Ortiz Mestanza

El descubrimiento descrito este lunes se ha basado en el análisis químico y microbotánico de 23 artefactos relacionados con el consumo de drogas (huesos, tabletas planas o pequeñas cucharas) hallados en el Yacimiento Arqueológico de Chavín de Huátar.

Los investigadores encontraron restos minúsculos de nicotina, procedente de plantas de la familia del tabaco, y polvo de semillas del árbol de vilca (‘Anadenanthera colubrina’), que contiene un poderoso ingrediente psicoactivo: la butofenina.

Las semillas recuperadas indican que las raíces de tabaco y las semillas de vilca se secaban y se tostaban para, posteriormente, ser transformadas en polvo para inhalar o fumar a través de unos tubos que fabricaban con huesos.

Los científicos han llegado a la conclusión de que los líderes de la cultura Chavín utilizaban estas sustancias alucinógenas no solo para tener visiones, sino también para reforzar su autoridad.

 

Misticismo y control

A diferencia del uso comunal de los alucinógenos en otras culturas antiguas, los rituales de los Chavín eran “exclusivos”: estaban reservados para un reducido grupo de participantes “para crear un aire de misticismo y control”, señala uno de los autores, el antropólogo de la universidad de Florida, Daniel Contreras, que lleva casi 30 estudiando el citado yacimiento en el equipo del investigador de Stanford, John Rick.

“Tomar psicoactivos no sólo servía para tener visiones y vivir otras realidades, sino que formaba parte de un ritual estrictamente controlado, probablemente reservado a unos pocos elegidos, con el objetivo de fomentar la jerarquía social”, afirma Contreras en un comunicado de la Universidad de Florida.

“Para los que inhalaban, lo sobrenatural podía parecer una fuerza incomprensible. Y ese era precisamente el objetivo. Al controlar el acceso a estos estados alterados, los gobernantes de Chavín convencieron a su pueblo de que su liderazgo estaba entrelazado con el poder místico y formaba parte del orden natural”, agrega.

Los investigadores creen que estas ceremonias con sustancias alucinógenas fueron fundamentales para configurar las primeras estructuras sociales de clase.

 

Poner al pueblo de su parte

A diferencia de otras sociedades donde los monumentos estaban hechos a base de trabajos forzosos, los Chavín trataban hacer creer a su gente, mediante estas ceremonias, que los proyectos que les mandaban construir eran una buena idea.

Los rituales iban más allá del uso de psicodélicos, ya que los arqueólogos también han descubierto trompetas hechas de conchas de caracol y otros objetos diseñados para aumentar el asombro de los visitantes.

Desde que comenzaron sus excavaciones hace un siglo, se ha considerado que el Yacimiento Arqueológico de Chavín de Huátar está relacionado tanto con sociedades antiguas, más igualitarias, como por otras gobernadas por élites poderosas que llegaron después.

El acceso controlado a experiencias místicas, a través de sustancias alucinógenas, “ayuda a explicar esta importante transición social, un hallazgo posible gracias a décadas de intensas excavaciones y avanzados métodos analíticos”, concluyen los investigadores, entre los que hay autores de las universidades latinoamericanas de Córdoba (Argentina), Santiago de Chile, Pontificia Católica del Perú y Nacional Mayor de San Marcos, en Lima.