Buenos Aires, 6 ago (EFE).- Los jubilados de Argentina protestaron este miércoles en Buenos Aires contra la reciente decisión del presidente Javier Milei de vetar una ley que ordena un alza en las paupérrimas pensiones que cobran miles de adultos mayores.
Con el apoyo de diversos colectivos también afectados por las políticas de ajuste de Milei, los jubilados se manifestaron, como cada miércoles, a las puertas del Parlamento argentino, donde desde hace meses reclaman por mejores condiciones.
Esta nueva protesta se dio después de que el pasado lunes Milei vetara por decreto una ley aprobada el mes pasado por el Congreso que establece un aumento «excepcional y de emergencia» en las pensiones.
«Venimos a pelear por un montón de derechos que nos ha sacado este Gobierno. Es un monstruo este Gobierno», afirmó a EFE Jesús Fajardo, jubilado de 67 años, quien advirtió que «el pueblo ya está harto de los políticos mentirosos».
La movilización de este miércoles se desarrolló en medio de un fuerte operativo de efectivos de fuerzas de seguridad, quienes protagonizaron algunos incidentes con los manifestantes, a quienes arrojaron gas pimienta.
«Me cansé de que golpeen a los jubilados. A un niño, a un jubilado, a un discapacitado está prohibido pegarle. Un niño es indefenso. Y un jubilado es como un niño», señaló a EFE María Rosa Ojeda, de 69 años, que fue rociada con gases en la cara y se desmayó.
Vivir «sin nada»

María Rosa es una de los 7,4 millones de jubilados de Argentina, que representan el 15,7 % de la población total del país.
El 63,5 % de los retirados cobra la jubilación mínima, que en este mes de agosto será de 314.300 pesos (233 dólares / 198 euros), un ingreso que llegó a los 384.300 pesos (285 dólares) por el bono de refuerzo que la seguridad social otorga desde septiembre de 2022 por la situación de emergencia económica que vive el país y cuyo valor está congelado desde marzo de 2024.
Este ingreso margina a los jubilados a la pobreza: una persona con vivienda propia necesita un ingreso no menor a 365.177 pesos (271 dólares) para no ser considerada pobre, según datos oficiales.
Pero, de acuerdo a cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, ese ingreso mínimo para no caer por debajo de la línea de la pobreza es de al menos 1.200.523 pesos (892 dólares) en el caso de los adultos mayores, cuyos gastos en salud, entre otros, son superiores a los de otros grupos etarios.
«Este Gobierno nos está dejando sin nada. Todos tienen la culpa y el pueblo argentino, más, porque no somos unidos», lamentó María Rosa.
Aumento vetado
El Parlamento aprobó el pasado 10 de julio una ley que establece un incremento «excepcional y de emergencia» del 7,2 % para las jubilaciones.
También dispone que el bono de refuerzo congelado desde hace más de un año pase a ser de 110.000 pesos (81 dólares).
Pero Milei vetó la ley bajo el argumento de que conspira contra su objetivo de «déficit cero».
Según cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, el alza en las jubilaciones tendría un coste fiscal anualizado equivalente al 0,41 % del PIB, y la actualización del bono, un coste del 0,38 %.
Ahora el Congreso debe iniciar el proceso para revertir la decisión de Milei y dejar firmes las leyes o convalidar la medida del Ejecutivo.
El resultado de ese proceso en el Parlamento es incierto dado el cambiante juego de poder entre las diversas fuerzas políticas, mientras los jubilados siguen al límite de la subsistencia.
«Tenemos que seguir luchando, saliendo a la calle y bregando por todos nuestros derechos», sostuvo Fajardo.