Dharamshala (India), 1 jun (EFE).- La sala de embarque del aeropuerto de Nueva Delhi se transformó este martes en una inusual antesala de monasterio. Monjes de túnica granate, altos lamas con sus rosarios y peregrinos de rostros curtidos se vieron atascados en la terminal durante horas por un temporal, a menos de un día del cónclave que encarará la sucesión del Dalái Lama.
Cuando las aerolíneas confirmaron la cancelación de los vuelos a Dharamshala, el caos se apoderó de los mostradores. Pero el grupo de religiosos se apartó de las protestas. Uno de ellos, observando la escena, simplemente tomó su teléfono. «Tengo que estar ahí mañana», dijo a EFE, antes de empezar a organizar con calma una caravana de coches.
El viaje nocturno por carretera es una prueba de resistencia. Son más de 470 kilómetros a través de autopistas anegadas y, en el tramo final, por carreteras de montaña sinuosas y peligrosas por el monzón. La ruta, en cierto modo, repite una historia sagrada.
Para la comunidad tibetana, este tipo de éxodo tiene una resonancia histórica: es un eco del viaje original de 1959, cuando un joven dalái lama y miles de sus seguidores huyeron a pie a través de estos mismos Himalayas para escapar de la ocupación china.
La creencia en la reencarnación es el pilar de su cultura. Para los tibetanos, el dalái lama es la manifestación terrenal de Avalokiteshvara, el Buda de la Compasión.
La doctrina sostiene que él elige volver al mundo una y otra vez por su compasión infinita, con la única misión de guiar a todos los seres hacia la iluminación. Es esta creencia en un sacrificio continuo lo que alimenta la devoción que hoy empuja a sus seguidores a cruzar montañas.
Mientras algunos lamas todavía cruzan la tormenta, en Dharamshala la jornada había comenzado con su propio ritual de incertidumbre. La cúpula del gobierno en el exilio se reunió en el monasterio de Nechung para consultar al Oráculo del Estado, buscando en sus profecías una guía para las decisiones que se avecinan.
Thamthog Rinpoche, el abad del monasterio personal del Dalái Lama, confirmó que la espera está a punto de terminar. «Depende de él lo que nos sugiera», afirmó a EFE. «Después de dos o tres días, entonces sabremos su decisión», aseguró.
Sus palabras ponen el foco en la «declaración escrita» que Su Santidad distribuirá este miércoles durante la 15ª Conferencia Religiosa.
Es la respuesta del dalái lama a la estrategia de Pekín, que mantiene desaparecido desde 1995 al panchen lama, clave en el reconocimiento de la reencarnación, y que pretende controlar su linaje, un plan que el líder tibetano ya desafió al afirmar en su reciente libro que su sucesor nacería fuera de China.
Al caer la noche, los lamas del aeropuerto se acercan a su destino. Llegan a una Dharamshala que ha pasado el día entre oráculos y revelaciones, una ciudad que contiene la respiración, lista para el inicio del cónclave que, en pocas horas, podría cambiar su historia.
Indira Guerrero