Madrid, 3 sep (EFE).- El Mediterráneo occidental figura entre las regiones con mayores niveles de presión y peores indicadores ambientales de los mares europeos, que en general están «lejos de alcanzar el objetivo de Buen Estado Ambiental», según un estudio financiado por la UE.
El oeste del Mediterráneo, que incluye una amplia franja del litoral español, «muestra el índice de estado ecológico más bajo de Europa», indica el Centro Científico y Tecnológico AZTI, especializado en el medio marino y coordinador del estudio.
El mar de Alborán, la parte más occidental del Mediterráneo, presenta «el índice de presión más alto de las zonas evaluadas, lo que refleja una intensidad notable de impactos humanos, como la pesca intensiva, el tráfico marítimo o la contaminación», añade.
En el Atlántico, las aguas de la plataforma suroeste europea, también bajo jurisdicción española, se benefician de una mayor coordinación regional, aunque el estudio no ofrece datos específicos para esta área.
El estudio, que evalúa de forma integral la situación ambiental de todas las aguas marinas de la Unión Europea, se enmarca en el programa Horizon Europe de la UE. Sus conclusiones «alertan sobre fallos estructurales en la protección marina y llaman a una acción urgente para evitar daños irreversibles en los ecosistemas».
«Más de una década después de la entrada en vigor de la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina», lamenta el centro tecnológico, «los mares europeos aún están lejos de alcanzar el objetivo de Buen Estado Ambiental. La biodiversidad marina sigue mostrando signos de deterioro y las actividades humanas continúan ejerciendo una presión considerable sobre los ecosistemas».
La investigación analiza los 11 descriptores que definen el estado ambiental del medio marino según la directiva europea y demuestra, según AZTI, que las presiones humanas, como la sobrepesca, la contaminación, las especies invasoras o el cambio climático, actúan «de forma acumulativa, sin una respuesta eficaz y coordinada».
El mar Báltico o el mar del Norte presentan mejores niveles de seguimiento y gobernanza, mientras que los análisis del Mediterráneo oriental sufren «importantes lagunas de datos», lo que condiciona la actuación.
«Donde hay cooperación regional e inversión en ciencia, hay avances. Pero en muchas zonas seguimos navegando a ciegas», ha subrayado Athanasios Nikolaou, catedrático de Ciencias Marinas en la Universidad del Egeo y autor principal del estudio.
La Directiva Marco obliga a los Estados miembros a evaluar cada seis años el estado ambiental de sus mares y a diseñar planes para alcanzar el Buen Estado Ambiental. La calidad de los datos y la aplicación de medidas varía significativamente entre países y cuencas marinas, según el análisis.
«Este estudio confirma lo que la comunidad científica viene señalando: la UE necesita reforzar su gobernanza marina, basarse más en evidencia científica y actuar de forma coordinada y urgente si quiere proteger sus mares», ha señalado Ángel Borja, investigador de AZTI y coautor del estudio.