Buenos Aires, 18 mar (EFE).- El juicio por la muerte de Diego Armando Maradona continuará este jueves con las declaraciones testimoniales de un vecino médico convocado ante la descompensación física del ídolo y otro que dejó constancia de su fallecimiento, el 25 de noviembre de 2020.
El juicio que busca determinar si siete profesionales de la salud son culpables de homicidio simple con dolo eventual prosigue en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 de San Isidro, en las afueras de Buenos Aires, con la declaración de los doctores Colin Campbell Irigoyen y Juan Carlos Pinto.
Campbell Irigoyen es un médico cirujano, vecino del barrio cerrado San Andrés, quien fue convocado por el personal de vigilancia del lugar para asistir a Maradona ante su descompensación física y trató de reanimarlo.
En declaraciones previas, el testigo afirmó que, al llegar a la habitación del paciente, pudo observar a la enfermera Gisela Madrid “haciéndole maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar) a Diego Armando Maradona”.
Campbell Irigoyen también detalló que Maradona “estaba muy frío, con rigidez en la boca, sin latidos y sin pulso, sudoroso, con color de piel pálido, sudoración fría” y el brazo “suelto, flojo”, pese a lo cual continuó junto a la enfermera con las maniobras de reanimación.
Mencionó también a una de las principales imputadas, la psiquiatra Agustina Cosachov: “Estaba al lado de la cama pero no estaba haciendo nada”, según el auto judicial.
Finalmente, aseguró que el paciente presentaba, al momento de su muerte, un edema pulmonar.
El otro testigo será Juan Carlos Pinto, médico de la empresa especializada en emergencias médicas +Vida, quien revisó a Maradona y constató la muerte tras llegar en una ambulancia con equipación médica.
Durante la etapa de acumulación de pruebas, Pinto declaró haber aplicado maniobras de reanimación al paciente como “actividad eléctrica con el desfibrilador” (que llevó el mismo) e inyecciones de adrenalina, durante 45 minutos, sin resultados positivos.
En sus declaraciones previas dijo que pudo constatar “livideces cadavéricas”, que, según su explicación, se producen luego de “aproximadamente una hora del fallecimiento”. Dijo que también “pudo constatar el inicio de la rigidez en el maxilar inferior del paciente”.
Durante la etapa de acumulación de pruebas, el testigo confirmó que, al ingresar a la habitación, encontró al vecino y a la enfermera realizando tareas de reanimación y, acto seguido, desarrolló “actividad eléctrica con el desfibrilador”, aunque el paciente se encontraba “sin actividad eléctrica”, con el corazón “básicamente parado”.
El pasado martes declararon ante el Tribunal cuatro policías que ingresaron al domicilio el 25 de noviembre de 2020 e hicieron énfasis en la hinchazón abdominal que presentaba Maradona, así como en la falta de elementos médicos tales como suero y desfibrilador.
Hay que tener en cuenta que el desfibrilador utilizado llegó con el médico de la empresa +Vida.
Los jueces Maximiliano Savarino, Verónica Di Tommaso y Julieta Makintach deberán determinar si siete de los ocho acusados son culpables del delito de homicidio simple con dolo eventual, que tiene una pena máxima de 25 años de prisión.
Son juzgados en este proceso el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicoanalista Carlos Díaz, la doctora y coordinadora de la empresa Swiss Medical, Nancy Forlini, el médico Pedro Di Spagna, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni y el enfermero Ricardo Almirón.
También está procesada la enfermera Gisela Madrid, quien solicitó un juicio por jurados y será juzgada en un proceso que empezará durante el segundo semestre de este año, una vez finalizado el debate principal.