Los mercados europeos no se dejan desestabilizar por el devenir de EE.UU.

Vista general del Frankfurt Stock Exchange. EFE/EPA/HANNES P. ALBERT

Madrid, 4 oct (EFECOM).- Los mercados europeos no se han dejado desestabilizar por el devenir de Estados Unidos y han registrado ganancias tras el cierre, el pasado miércoles, de la administración estadounidense ante la falta de acuerdo para aprobar el proyecto de ley de presupuestos, lo que se suma a la política arancelaria del presidente, Donald Trump.

Han eludido así el cierre del Gobierno federal, al igual que Wall Street, que logró récords el jueves ante la falta de acuerdo sobre los presupuestos, lo que provocará inminentes despidos de funcionarios, según la Casa Blanca.

Desde el miércoles, los mercados europeos han registrado un rumbo de subidas, que, en el caso de Madrid, llegó a alcanzar máximos del año 2007, superando los 15.600 puntos; mientras que Londres también marcó el miércoles un récord histórico.

En lo que va de año, las bolsas europeas registran importantes avances, encabezadas por Madrid, que registra una subida del 34,41 %; seguida de Milán, con el 26,54 %; Fráncfort, del 22,45 %; Londres, del 16,13 %; París, con el 9,49 %; y el Euro Stoxx50, en el que cotizan las empresas europeas de mayor capitalización, con el 15,44 %.

El Gobierno Federal de Estados Unidos continuará cerrado al menos hasta el lunes 6 de octubre, después de que otras dos propuestas presupuestarias fallaran el viernes en el Senado.

De momento, la paralización de funciones en las agencias federales provocó que ayer no se pudieran publicar los datos de empleo de septiembre, claves para conocer la marcha de la economía americana y, por tanto, para las decisiones de la Reserva Federal (Fed), que previsiblemente en su próxima reunión del 28 y 29 de octubre volverá a recortar otra vez los tipos un 0,25 %.

El mercado descuenta un escenario similar al de los cierres anteriores de EE. UU.

El mercado descuenta un escenario similar al de anteriores cierres, en los que la duración fue breve y el impacto económico limitado.

Exceptuando un cierre aislado, la media histórica ha sido de seis días como máximo y la medida se ha llevado a cabo 21 veces en los últimos 50 años.

Este cierre, el primero en siete años cuando coincidió también con el primer Gobierno de Trump y que duró un mes, coincide con el primer aniversario del mandatario en la Casa Blanca.

En anteriores cierres, el efecto sobre los activos de riesgo fue muy limitado y, tras una volatilidad inicial, la confianza se recuperó, terminando en promedio con resultados positivos dos meses después.

El consejero delegado de Gesinter, Kai Torrella, ha apuntado que los inversores entienden que se trata de un evento puntual, más ligado a disputas presupuestarias que a problemas estructurales de la economía, con un impacto en el mercado limitado y transitorio.

Por el momento, el tipo de cambio euro-dólar se debilita, aunque el euro continúa por debajo de 1,18 dólares; mientras que el oro se encuentra en zona de máximos, rozando los 3.900 dólares.

Según los analistas, el sector de la defensa, las mineras de oro y las empresas de productos básicos de consumo a menudo tienen un rendimiento superior durante los cierres, ya que los inversores buscan seguridad y los servicios esenciales siguen siendo demandados.

El deterioro del mercado laboral si se producen despidos favorecerá el recorte de tipos

Si finalmente se producen despidos definitivos de empleados públicos, se deteriorará el mercado laboral, lo que favorecerá el recorte de tipos por la Fed, previsión que está llevando al alza las bolsas.

El analista José Luis Cava ha previsto que la bolsa dentro de un mes seguirá al alza y superará los niveles actuales a pesar del cierre del gobierno de EE. UU..

Desde Carmignac se estima que el tono positivo del mercado oculta una compleja dinámica económica y una mayor incertidumbre política en EE. UU., con un estado del mercado laboral estadounidense sobre el que es difícil encontrar respuesta a corto plazo.

Ello lleva a la gestora a determinar que la clave del debate es si la economía estadounidense está atravesando una fase de desaceleración temporal o entrando en una recesión.