Barcelona, 7 sep (EFE).- Los Mossos d’Esquadra han recuperado un millar de móviles, 30 ordenadores, 150 relojes inteligentes y 20 tabletas en la operación desplegada el pasado jueves contra un grupo afincado en Mataró (Barcelona) que se dedicaba a comprar teléfonos robados en España y toda Europa para enviarlos después a Marruecos.
Según ha informado la policía catalana, la operación, llevada a cabo por la Unidad Territorial de Multirreincidentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de Barcelona, es la continuación del caso Baltis, que permitió detener a 17 personas y recuperar un millar de terminales robados en el barrio barcelonés del Raval.
Con el dispositivo desplegado el pasado jueves, los Mossos d’Esquadra dan por desarticulado el segundo escalón del entramado criminal investigado, con la detención de dos supuestos cabecillas de la trama dedicados a comprar partidas de teléfonos robados en distintos puntos del Raval y de distribuirlos posteriormente.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), los detenidos ingresaron en prisión preventiva, sin fianza, por orden del juez de instrucción de Mataró (Barcelona).
Con las dos operaciones, los Mossos d’Esquadran han logrado recuperar casi 2.000 teléfonos móviles robados en distintas zonas de España y de toda Europa.
La investigación arrancó de varias denuncias por sustracción de móviles cuyos propietarios tenían activados los servicios de localización remota de sus dispositivos, que señalaban a los mismos puntos de forma reiterada, lo que hizo sospechar a los Mossos de la existencia de un centro de receptación y manipulación de terminales robados.
Tras manipular los móviles, la trama los empaquetaba y entregaba periódicamente a conductores de camiones que trabajaban para varias empresas de logística de Tánger (Marruecos) y aprovechaban sus viajes para transportar hasta Marruecos el material sustraído.
A lo largo de la investigación, los agentes han intervenido unos 200 teléfonos móviles ocultos en un camión que viajaba rumbo a Marruecos y otros 319 que la trama pretendía transportar hasta Francia para, desde allí, reenviarlos a China.
Los Mossos han descubierto también que, con los móviles robados, la red había perpetrado varias estafas mediante técnicas de «phising»: los miembros de la red contactaban con los dueños de los teléfonos sustraídos y les aseguraban haber encontrado el dispositivo, tras lo que les pedían las claves para poder acceder así a contraseñas bancarias, cuentas de correo o carteras de criptomonedas de las víctimas.
El entramado disponía de una infraestructura logística estable, con varios inmuebles, vehículos y aparcamientos con acceso directo que les permitían operar con seguridad.
La policía catalana ya se ha puesto en contacto con más de 40 victimas para devolverles los móviles incautados y ha activado un buscador donde, a través del número IMEI del dispositivo, se puede saber si un teléfono robado figura entre los recuperados.