Redacción Ciencia, 7 may (EFE).- Los niños de hoy, en especial los que viven en países de renta baja, vivirán un futuro “sin precedentes”, en el que sufrirán las consecuencias desproporcionadas de un cambio climático que ninguna generación humana ha vivido antes.
En el mejor de los casos, si el mundo consigue limitar el calentamiento global a 1,5 ºC para finales de siglo -compromiso fijado en el Acuerdo de París-, alrededor del 52 por ciento de los nacidos en 2020 (62 millones de personas) experimentarán una exposición sin precedentes a las olas de calor a lo largo de su vida.
Pero, si las emisiones elevan la temperatura mundial 2,7 ºC por encima de los niveles preindustriales, unos cien millones de los 120 millones de niños nacidos en 2020 (el 83 por ciento del total) vivirán unas condiciones climáticas nunca vistas, y si la temperatura supera los 3,5 ºC serán el 92 %.
Estos niños serán víctimas de olas de calor, malas cosechas, inundaciones, ciclones tropicales, sequías e incendios forestales, consecuencias de un calentamiento atmosférico continuado que no hemos podido o querido frenar, según un estudio de la Universidad Vrije de Bruselas (VUB), Bélgica, y de la organización Save the Children, cuyos detalles se han publicado este miércoles en la revista Nature.
La diferencia entre rebasar los 1,5 ºC o alcanzar los 2,7 ºC es que rebajaría el número de afectados en 38 millones, personas que podrían salvarse de este desastre con solo reducir el uso de combustibles fósiles, según el estudio.
Los autores explican que las consecuencias del calentamiento global serán mortales para los niños y para su salud física y mental, porque dificultarán el acceso a los alimentos y al agua potable y obligará a cerrar las escuelas, todo ello, supondrá “vivir una vida sin precedentes”.
Vivir una vida sin precedentes significa que, sin el cambio climático antropogénico, “uno tendría menos de una posibilidad entre 10.000 de experimentar tantos extremos climáticos a lo largo de su vida”, apunta Luke Grant, científico en la VUB y del Environment and Climate Change Canada (ECCC) y autor principal del informe.

Impacto generacional del cambio climático
Combinando datos demográficos y proyecciones de modelos climáticos de extremos climáticos para cada lugar del planeta, los autores calcularon el porcentaje de cada generación nacida entre 1960 y 2020 que se enfrentará a una exposición sin precedentes de extremos climáticos.
Así, observaron que cuanto más joven es una persona, mayor es su probabilidad de sufrir las consecuencias del cambio climático.
Incluso si se consigue limitar el calentamiento global a 1,5 ºC, el 52 % de los niños nacidos en 2020 estarán expuestos a olas de calor sin precedentes, frente a sólo el 16 % de los nacidos en 1960, advierte el informe.
“Estabilizando nuestro clima en torno a 1,5 °C por encima de las temperaturas preindustriales, aproximadamente la mitad de los jóvenes de hoy estarán expuestos a un número sin precedentes de olas de calor a lo largo de su vida. En un escenario de 3,5 °C, más del 90% sufrirá esa exposición a lo largo de su vida”, advierte Grant.
Pero si el aumento de la temperatura global se limitase a 1,5ºC en lugar de alcanzar los 2,7 ºC, 38 millones de niños evitarían verse expuestos a olas de calor sin precedentes, 8 millones evitarían la pérdida de cosechas, 5 millones evitarían inundaciones y ciclones tropicales, 2 millones evitarían la exposición a sequías y 1,5 millones la exposición a incendios forestales a lo largo de su vida, detalla el informe.
La injusticia social del cambio climático
El estudio también revela la injusticia social del cambio climático y sus repercusiones.
“Los niños más vulnerables experimentan la peor escalada de los extremos climáticos. Con recursos y opciones de adaptación limitados, se enfrentan a riesgos desproporcionados”, lamenta Wim Thiery, catedrático de Ciencias del Clima de la VUB y autor principal del estudio.
“En todo el mundo, los niños se ven obligados a soportar el peso de una crisis de la que no son responsables. Calor peligroso que pone en peligro su salud y su aprendizaje; ciclones que azotan sus hogares y escuelas; sequías progresivas que marchitan las cosechas y reducen lo que hay en sus platos. En medio de este ritmo diario de desastres, los niños nos suplican que no nos desconectemos”, denuncia la directora general de Save The Children International, Inger Ashing.
Esta investigación muestra que “aún hay esperanza”; pero “sólo si actuamos de forma urgente y ambiciosa para limitar rápidamente el calentamiento de las temperaturas a 1,5 °C, y situar realmente a los niños en el centro de nuestra respuesta al cambio climático”, advierte Ashing.
“Con unas emisiones globales que no dejan de aumentar y el planeta a solo 0,2ºC del umbral de los 1,5ºC, los líderes mundiales deben dar un paso adelante para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la carga climática sobre los jóvenes de hoy”, zanja Thiery.