Los padres acusados de intentar matar a su bebé por zarandeo sugieren una enfermedad rara

Vista de la sala momentos antes del inicio este martes del juicio a una pareja que se enfrenta a una petición de siete años y siete meses de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, acusada de intentar asesinar a su bebe de 2 meses zarandeándola, a sabiendas de que ello podría ocasionar la muerte de la pequeña, quien sufrió graves lesiones que hicieron peligrar su vida. EFE/Javier Etxezarreta

San Sebastián, 8 sep (EFE).- Los padres acusados de intentar asesinar a su bebé, una niña de dos meses, mediante el método del zarandeo han negado este lunes haberla agitado ni maltratado en ninguna ocasión y han justificado las graves lesiones que presentaba la pequeña por la existencia de una enfermedad genética «ultrarrara».

La Fiscalía de Gipuzkoa pide penas de siete años y siete meses de cárcel para los dos procesados, a los que acusa de un delito de asesinato en grado de tentativa.

Según la versión del Ministerio Público, el incidente se produjo «en una fecha no determinada» pero próxima al 14 de octubre de 2023, cuando los progenitores de la niña la habrían zarandeado fuertemente por lo menos en una ocasión, de forma conjunta o bien uno de ellos con el consentimiento, la no oposición o la no evitación del otro.

Tíos maternos

SAN SEBASTIÁN, 08/09/2025.- Vista de la sala momentos antes del inicio este martes del juicio a una pareja que se enfrenta a una petición de siete años y siete meses de cárcel por parte de la Fiscalía de Gipuzkoa, acusada de intentar asesinar a su bebe de 2 meses zarandeándola, a sabiendas de que ello podría ocasionar la muerte de la pequeña, quien sufrió graves lesiones que hicieron peligrar su vida. EFE/Javier Etxezarreta

En la actualidad, la menor reside con sus tíos maternos en una comunidad autónoma diferente a Euskadi, de la que también son naturales sus padres, quienes pueden verla en función de un régimen de visitas especial.

Durante la primera sesión del juicio por estos hechos, celebrada este lunes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa, los padres han negado haber realizado «nada que pudiera haber causado ninguna lesión» a su hija, una niña que, por otra parte, fue una pequeña «buscada y superdeseada» con la que estaban «infinitamente felices».

Han explicado no obstante que, tras haber sido tratada por numerosos especialistas médicos, sospechan que la niña, a la que le salen hematomas «de forma espontánea», puede padecer una enfermedad «ultrarrara» para cuya detección aún le están realizando pruebas genéticas.

En este contexto han situado los problemas relacionados con su hija, que surgieron ya desde el momento del embarazo, pues el feto se encontraba en mala posición por lo que nació a través de una cesárea de urgencia y con una vuelta del cordón umbilical.

En cualquier caso, tras recibir el alta con normalidad los padres tuvieron que acudir a distintos servicios médicos por numerosos incidentes, el primero de ellos un sangrado vaginal que, en principio, les refirieron que entraba dentro de la normalidad.

Desde entonces, las visitas a los servicios de urgencia y a distintos pediatras y especialistas fueron constantes porque la bebé no crecía «lo suficiente», además sufrió un hematoma en la zona periumbilical cuando su padre le ponía un pañal y otro en la cara al quedarse apoyada sobre su chupete, por lo que se le realizó un estudio de coagulación, han relatado.

Aspecto sindrómico

En otra oportunidad acudieron al pediatra porque tenía una fisura, de la que fue tratada con una pomada, si bien este profesional ya advirtió a los progenitores de que la niña presentaba un «aspecto sindrómico» y que algunos de sus síntomas podrían deberse a una enfermedad genética rara.

A partir de ese momento, se detectó a la menor una pequeña cardiopatía y una infección de orina de la que fue medicada con antibióticos, tras lo que sufrió una diarrea y tuvo vómitos.

En este contexto, la bebé «empezó a rechazar las tomas» y se mostraba aletargada por lo que sus padres la volvieron a llevar a urgencias de un centro privado, donde permaneció ingresada varios días en los que no se pudo diagnosticar la dolencia que padecía, por lo que finamente fue evacuada en ambulancia al Hospital Donostia donde fue sedada e ingresada en la UCI.

En este centro fue sometida a un TAC, entre otras pruebas, que determinaron la existencia de un «sangrado cerebral» y una hemorragia en los ojos, tras lo que a los padres se les abrió un protocolo de malos tratos por entender que los hechos eran compatibles con el «síndrome del bebé zarandeado», diagnóstico con el que este lunes ambos padres no se han mostrado en absoluto conformes.

Está previsto que el juicio continúe este martes con la declaración de los peritos.