Copenhague, 19 sep (EFE).- Los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea lograron este viernes un consenso político sobre el marco regulador del euro digital que allana el camino para que los Veintisiete cierren un acuerdo definitivo sobre este proyecto antes de final de año.
En concreto, los Estados abordaron el modo en que se fijará el límite a la cuantía de euros digitales que podrá tener cada ciudadano así como el procedimiento para decidir si finalmente se emite o no esta divisa digital, según explicó el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohe, tras una discusión entre los ministros que calificó de «muy productiva».
Según Donohoe, durante la reunión los Veintisiete se logró «amplio consenso» sobre el procedimiento para determinar estos límites, pero sin fijar ninguna cifra en concreto.
Además, el Banco Central Europeo (BCE) se comprometió a que, antes de tomar la decisión final sobre la emisión de esta moneda digital, ésta venga acompañada de discusiones previas con los Estados europeos.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, también subrayó que la fijación de umbrales sobre los monederos digitales resulta «prematuro» y por lo tanto, este no es el momento establecer cifras concretas.
Sin embargo, en el pasado la entidad monetaria sugirió un techo de 3.000 euros.
Se teme que, si no se establecen límites, se transfieran demasiados fondos desde cuentas corrientes tradicionales hacia monederos de euros digitales, lo que podría generar problemas de estabilidad financiera y minar los beneficios de las entidades bancarias.
Tras este consenso político, el objetivo es llegar a un acuerdo entre las capitales europeas antes de que termine el año, tras lo cual será también necesaria la luz verde de la Eurocámara para que la regulación salga adelante.
El BCE, que trabaja en el euro digital desde 2021, prevé concluir la fase de «preparación» en octubre y ha urgido a Estados y Parlamento a aprobar la legislación antes de decidir si da luz verde a la siguiente etapa de un proyecto que ha recibido un renovado impulso político con las crecientes tensiones geopolíticas.
Bruselas y Fráncfort ven en el euro digital un modo de cortar la dependencia de empresas estadounidenses para los pagos digitales, evitar que los ciudadanos opten por alternativas menos seguras como las «stablecoins» y reforzar el peso internacional del euro, aunque otras voces discrepan de este análisis. EFE