Los perros pueden clasificar objetos nuevos según su función y sin entrenamiento previo

Uno de los perros del estudio posa sobre una pila de juguetes. Fotografía facilitada por Claudia Fugazza. EFE

Redacción Ciencia, 18 sep (EFE).- De bebés aprendemos de forma natural palabras nuevas y sus asociaciones, como que cucharas y cuencos están relacionados porque sirven para comer, lo que se considera una ‘habilidad avanzada’. Ahora, un estudio ha descubierto que los perros también pueden clasificar los objetos según su función sin entrenamiento previo.

En el estudio, publicado este jueves en Current Biology, un equipo de expertos en comportamiento animal ha demostrado que los perros con talento para aprender palabras (GWL, por sus siglas en inglés) fueron capaces de distinguir entre juguetes ‘para tirar’ y juguetes ‘para traer’, incluso cuando los juguetes en cuestión no compartían ninguna similitud física obvia.

Además, fueron capaces de recordar esas categorizaciones durante largos períodos de tiempo, todo ello sin entrenamiento previo.

«Descubrimos que estos perros con facilidad para aprender palabras pueden extender las etiquetas a objetos que tienen la misma función o que se utilizan de la misma manera», comenta Claudia Fugazza, investigadora de la Universidad Eötvös Loránd de Budapest, Hungría y autora principal del estudio.

«Es como si una persona llamara con el mismo nombre a un martillo tradicional o a una piedra. Tienen un aspecto físico diferente, pero pueden emplearse para la misma función. Pues resulta que estos perros pueden hacer lo mismo», añade Fugazza.

Tirar y traer

Las pruebas se llevaron a cabo en el entorno natural de los perros, con sus dueños humanos. Al principio, los perros dedicaron un tiempo a familiarizarse con las etiquetas verbales de dos grupos funcionales de objetos: tirar y traer.

Sus dueños utilizaban estas palabras con juguetes específicos y jugaban con ellos en consecuencia, aunque los juguetes no compartían ninguna característica física similar.

Después, se evaluó a los perros para ver si habían aprendido a relacionar las etiquetas funcionales con el grupo correcto de juguetes antes de jugar con juguetes más novedosos en las dos categorías distintas pero, esta vez, sus dueños no utilizaron las etiquetas ‘tirar’ y ‘traer’ para los perros.

Descubrieron que los perros eran capaces de extender las etiquetas funcionales que habían aprendido anteriormente a los nuevos juguetes basándose en su experiencia al jugar con ellos.

En la prueba final, los animales demostraron que podían aplicar con éxito las etiquetas verbales a los juguetes tirando o trayendo según correspondía, incluso cuando sus dueños no les habían puesto nombre.

«Nunca habían oído el nombre de estos nuevos juguetes, pero habían jugado a tirar o a traer, por lo que el perro tenía que elegir qué juguete se utilizaba para jugar a cada juego. Esto se hizo en un entorno natural, sin un entrenamiento exhaustivo. Solo los dueños jugaron durante una semana con los juguetes. Por lo tanto, se trata de un tipo de interacción natural», concluye.

Habilidades básicas

Los autores defienden que la capacidad de los perros para relacionar las etiquetas verbales con los objetos basándose en sus clasificaciones funcionales y al margen de las características físicas de los juguetes sugiere que forman una representación mental de los objetos basada en su experiencia con sus funciones, que luego pueden recordar.

Estos hallazgos proporcionan información sobre la evolución de las habilidades básicas relacionadas con el lenguaje y su relación con otras capacidades cognitivas, incluida la memoria, según los investigadores.

No obstante, reconocen que se necesita más investigación para comprender el alcance y la flexibilidad de las habilidades de categorización del lenguaje de los perros.

«Hemos demostrado que los perros aprenden los nombres de los objetos muy rápido y los recuerdan durante mucho tiempo, incluso sin ensayar, y creo que la forma en que amplían los nombres más allá de las similitudes perceptivas da una idea de la amplitud que estos nombres pueden tener para los perros», opina Fugazza. EFE

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