Las Palmas de Gran Canaria, 11 mar (EFE).- El hombre y la mujer procesados por haber intentado introducir en España un alijo de 2.731 kilos de cocaína a través de un flete de millo enviado desde Brasil al puerto de Las Palmas de Gran Canaria se han declarado este martes culpables de tráfico de drogas y han aceptado condenas de siete y dos años de prisión, respectivamente.
Los acusados, Óliver C.P. y Jessica M.G., han admitido su responsabilidad durante el juicio celebrado en la Audiencia de Las Palmas después de que la Fiscalía Antidroga rebajara su solicitud inicial de penas, que era de trece años y medio de cárcel para ambos.
El fiscal ha considerado a ambos como los administradores de la empresa que utilizaron como tapadera para simular la compraventa de 4.000 kilos de millo importado de Brasil, si bien ha dicho que el “verdadero artífice” de la operación es el procesado.
La pareja fue detenida el 10 de diciembre de 2020, después de que se interceptaran una parte de la droga, 1.207 kilos de cocaína, en las bodegas del mercante al hacer escala para repostar en el Puerto de Las Palmas en octubre de 2020, ya que el resto del alijo había sido intervenido por las autoridades de Brasil antes de partir el barco hacia España.
Según el fiscal, Jessica M.G. tenía conocimiento de los hechos y era la administradora única de la empresa Hachemuda Moreno S.L., con domicilio en Dos Hermanas (Sevilla), pero Óliver C.M. es el que actuaba de hecho como administrador, y que por ello ha pedido una pena de 2 años de prisión para la procesada.
El Ministerio Fiscal ha apreciado dilaciones indebidas y, en el caso de la acusada, la atenuante de confesión y de colaboración con la justicia.
En cuanto a las multas reclamadas, ha solicitado que se le impongan a Óliver C.M. dos de 60 millones de euros, y a su pareja otras dos de 20 millones, y ha añadido que si la acusada no abonara la cantidad que le exige debe cumplir dos meses de cárcel.
Así mismo, ha interesado el decomiso de la droga y los bienes que les fueron incautados en Sevilla, salvo uno de los tres vehículos intervenidos, que pide que se ordene su devolución a Volkswagen T-Roc, al constatar que había una reserva de dominio.
El agente instructor de la causa ha explicado al tribunal que el barco interceptado en el Puerto de Las Palmas, el Unispirit con bandera de Antigua, tenía como destino Cádiz e hizo escala en Canarias para repostar, y que fue inspeccionado a su llegada a la capital grancanaria tras comunicar las autoridades de Brasil que en el puerto de Sao Paulo se habían incautado entre los sacos de maíz 1.524 kilos de cocaína y que el buque había salido para España.
En el registro practicado en el puerto canario se hallaron los 1.207 kilos de cocaína con una riqueza del 96,72 %, valorada en 59 millones de euros en el mercado ilícito, que se iba a distribuir en España, ha relatado el instructor, que ha dicho que el acusado estaba involucrado en “multitud de negocios ilícitos”.
Ha explicado al tribunal que en la entrada y registro de los dos domicilios de los acusados que se inspeccionaron en Sevilla se halló documentación preparada para hacer ver que el acusado era empresario, así como una libreta con distintas anotaciones sobre las operaciones, y que se concluyó que el negocio de importación de millo era “ilógico y antieconómico”.
Además, ha detallado que en conversaciones interceptadas en dos aplicaciones de telefonía se pudo comprobar cómo el acusado preparó la logística completa de la operación con otros individuos identificados por Europol y las autoridades brasileñas.
Según el instructor en esas conversaciones el acusado “se jactaba de que era el más listo porque se iba a escapar de todo”.