Madrid, 19 may (EFE).- Los vídeos de la boda en Torrejón de Ardoz (Madrid) que acabó con un cuádruple atropello mortal mostraban tranquilidad y gente bailando antes de que se produjese el crimen, a pesar de que el acusado sostiene que cogió el coche para huir de una turba que le había golpeado y que le disparaba.
La Audiencia Provincial de Madrid ha retomado este lunes el juicio con jurado contra Micael D.S.M., conocido como el Portugués, que se enfrenta a una petición de pena de 226 años de cárcel por parte de la Fiscalía acusado de haber asesinado a cuatro invitados de una boda y de haber intentado asesinar a otros nueve, que resultaron heridos en el atropello ocurrido el 6 de noviembre de 2022.
En la vista se han proyectado varios vídeos de la boda entre dos familias gitanas, en la que se ve a los novios y a los invitados bailando. También aparece, al fondo de la sala, el acusado, con gorra naranja y a quien también se ha visto en una fotografía, con zapatillas de deporte y vaqueros.
En un punto de la grabación aparece al fondo el padre del novio hablando con el acusado y en ningún momento se perciben altercados, peleas o enfrentamientos.
Tampoco notaron nada extraordinario -ni peleas ni altercados- los dos encargados de rodar las imágenes, que han testificado este lunes.
Hasta que se produjo el atropello, todo iba según lo previsto. La novia acababa de cambiarse el vestido, y en el salón del restaurante ‘El Rancho’ seguía la celebración. En un momento, la novia cruzó rápidamente, la sala empezó a vaciarse y los cámaras percibieron peligro. Sin saber qué pasaba se escondieron en la cocina, han relatado.
Uno recuerda haber ido a este escondite al escuchar griterío, el otro no recuerda estruendo, pero sí cree haber escuchado después un ruido que podría ser de un tiro o de un choque y haber visto un arma blanca a su salida. Ninguno vio armas de fuego ni escuchó un tiroteo. Tampoco presenciaron el crimen, pero sí el “puro alboroto” que le siguió, de gente “asustada y desesperada” que buscaba a los suyos.
Este lunes han testificado además dos sanitarios del Summa que acudieron a la emergencia. Una médico ha dicho que en el aviso se mencionó un tiroteo, pero que el escenario al llegar era de un atropello. Tampoco estos facultativos vieron armas.
Las imágenes y testimonios de este lunes contrastan con la versión dada por la defensa del acusado, que sostiene que éste huyó en su coche tras una pelea y mientras una turba le perseguía y disparaba, por lo que su abogada pide que sea absuelto de cuatro delitos de homicidio imprudente aplicando las eximentes completas de miedo insuperable y estado de necesidad.
La familia del novio, con varios atropellados, sostuvo, por su parte, que el acusado no estaba invitado en la boda, que se le pidió que se fuera tras provocar un altercado, y que no hubo enfrentamientos con armas.
El juicio, en el que cuatro de las cinco acusaciones particulares ejercidas por las víctimas piden prisión permanente revisable, prosigue este martes con la declaración de policías.