Ciudad de México, 13 sep (EFE).- En 1977, el escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia publicó su novela más reconocida, ‘Las muertas’, una radiografía de México que sigue vigente y con la que el entonces joven cineasta en potencia, Luis Estrada (1962), soñaba con poder adaptar en algún momento de su futura carrera en el séptimo arte.
«Estaba destinado de alguna manera o en algún momento dado de mi carrera a hacer algo de Ibargüengoitia. Creo que tanto las preocupaciones temáticas como su visión alrededor del México de la época siguen teniendo una gran vigencia y relevancia”, explica a EFE sobre esta adaptación en formato de serie que ya está disponible en Netflix.
A los 15 años, Estrada leyó ‘Las muertas’ e incluso llegó a conocer a Ibargüengoitia, debido a la gran relación que tenía con su padre, el realizador José Estrada, quien adaptó ‘Maten al león’ del propio autor en 1977, antes de que el natural de Guanajuato (centro) falleciera en un accidente aéreo en 1983 tras una visita a España.
«Siempre fui tratando de adaptar la historia y abordarla para hacer una película a partir de la novela», confiesa el artista conocido por ‘El infierno’ (2010) o ‘La ley de Herodes’ (1999) sobre cómo se le escaparon los derechos de la obra hasta que Netflix los compró para afrontar la producción.
‘Las muertas’ narra el caso real de las «Poquianchis», una red familiar de mujeres que no solo establecieron algunos de los mayores prostíbulos de la época, sino que acabaron encubriendo la muerte y asesinatos de varias de las mujeres explotadas en sus establecimientos.
En la serie se mezcla el humor ácido característico de Ibargüengoitia con el de Estrada, una simbiosis que para el cineasta fue una de las labores más preocupantes a la hora de acercarse a la novela.
«Era importante respetar tanto la estructura como, probablemente lo más complicado, el tono que maneja Ibargüengoitia en un tema tan fuerte, grave y delicado que involucra a varias instituciones y a las fuerzas vivas de México», desarrolla.
Una tragedia de los 60
Aunque la novela esté ambientada en un México ficticio, los estados de Guanajuato y Jalisco fueron la inspiración tanto para el escritor como el cineasta para ambientar la que aún es una de las mayores tragedias y casos más sonados del país en la década de los 60.
«Yo imagino también un poco a ‘Las muertas’ como una especie de juego de espejos hablando de una época, de un hecho real que impactó mucho a la sociedad en su momento y que, de hecho, ahora han empezado a salir cosas a partir de la serie, pues mucha gente todavía lo tiene presente», subraya.
Las ‘Poquianchis’, conocidas en la ficción como las hermanas Baladro e interpretadas por: Paulina Gaitán, Arcelia Ramírez y Leticia Huijara, secuestraron y maltrataron a más de 90 mujeres según las cifras oficiales del caso y fueron condenadas con hasta 40 años de prisión por sus numerosos delitos.
Para la producción de la serie, Estrada contó con locaciones reales de Veracruz, San Luis Potosí, Guanajuato y los foros de los Estudios Churubusco, los más importantes del país.
Además, contó con 5.000 extras, 170 actores regionales y 217 sets construidos especialmente para la producción.
A pesar de la carga de trabajo en más de medio año de rodaje para una producción mexicana sin precedentes, el director decidió producir y dirigir todos los episodios con el fin de que «no se perdiera el punto de vista» tanto de la novela como de su adaptación.
Los seis capítulos de la serie tienen una duración de una hora y fueron tratados por Estrada, de 63 años, como «seis películas independientes», cada una con «su tono y género, pero siempre reconocible para aquellos que leyeron el libro».

