São Paulo, 2 sep (EFE).- El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó este martes que el juicio contra el líder ultraderechista Jair Bolsonaro por golpismo no es un proceso contra una persona en particular y que espera que a su rival se le respete el derecho a la presunción de inocencia.
«Si es inocente, que pruebe que es inocente. Espero que pueda defenderse, porque yo no pude», afirmó el líder progresista al hacer alusión al juicio en el que fue condenado por corrupción y que posteriormente fue anulado por la Corte Suprema.
El jefe de Estado aseguró que, así como lo deseó para sí y no le fue garantizado, espera que cualquier persona juzgada, incluso sus «enemigos», tengan derecho a defenderse y a que se les considere inocentes hasta el final del juicio.
El mandatario dio las declaraciones a periodistas tras acudir en São Paulo al velatorio del periodista Mino Carta, precisamente el día en que comenzó en Brasilia la audiencia final del juicio que la Corte Suprema le adelanta a Bolsonaro por supuestamente liderar un complot para impedir la investidura de Lula e intentar mantenerse en el poder.
«No tengo expectativa (sobre el resultado del juicio). Mi expectativa es que el tribunal juzgue los autos del proceso, las delaciones y las pruebas», afirmó.
Lula opinó igualmente que el proceso es imparcial y que no se trata de un «juicio personal» contra el líder ultraderechista, que está en prisión domiciliar y alegó motivos de salud para no acudir a la audiencia en el Supremo.
En la primera jornada de la audiencia final del juicio, el fiscal general de Brasil, Paulo Gonet, pidió a la Corte Suprema que Bolsonaro y los otros siete acusados sean declarados culpables de cinco delitos contra el orden democrático, aunque no llegó a sugerir una pena, que pudiera llegar a 40 años de cárcel.
Según Gonet, todas las acusaciones fueron «debidamente constatadas» y «ratificadas» por muchos de los 52 testigos escuchados por el tribunal durante la fase de instrucción.
El fiscal acusó a Bolsonaro de liderar una «organización criminal» que tenía el objetivo de «desconocer la voluntad popular» e impedir que Lula asumiera el poder tras derrotar al líder ultraderechista en las presidenciales de octubre de 2022.
Agregó que «el grupo liderado por el presidente Bolsonaro y compuesto por figuras claves del Gobierno, las Fuerzas Armadas y organismos de inteligencia, desarrolló e implementó un plan progresivo y sistemático de ataque a las instituciones democráticas con la finalidad de impedir la alternancia legítima del poder».