Ana Tuñas Matilla
Goizueta (Navarra), 23 may (EFE).- El Ayuntamiento de San Sebastián derribará parcialmente la presa de Artikutza, la mayor infraestructura de este tipo que se va a intervenir en Europa, ubicada en uno de los últimos reductos del desmán ibérico, una especie en peligro crítico de extinción.
Construida a mediados del siglo XX, aunque nunca llegó a entrar en funcionamiento al cien por cien por problemas estructurales, tiene 43 metros de alto, 180 de largo y 35 de espesor, superando a la presa más alta de las que está previsto intervenir, la de Vezins (Francia), con 36 metros de altura y demolida parcialmente entre 2019 y 2020.
El objetivo, devolver la continuidad a la regata de Enobieta, que desemboca en el río Añarbe, en la cuenca del Urumea, y favorecer con ello el movimiento de fauna y sedimentos.
Reto tecnológico y ambiental

Las obras, que suponen todo un reto tecnológico y ambiental dadas las dimensiones y la ubicación de la infraestructura, se llevarán a cabo tras recibir el visto bueno ambiental y de seguridad del Ministerio para la Transición Ecológica y la autorización de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.
La presa está en una finca de Navarra que fue adquirida por el Ayuntamiento de San Sebastián en 1919 con el objetivo de dotar de aguas limpias a la ciudad tras la muerte de ciudadanos por fiebres tifoideas, ha explicado a EFE el concejal de Medio Ambiente donostiarra, Ìñigo García.
Sin embargo, en 1948, comenzada su construcción, se detectaron problemas geológicos en el estribo izquierdo y por eso nunca se llenó al cien por cien de su capacidad, sino que se limitó a la mitad.
En paralelo, San Sebastián y los municipios limítrofes fueron creciendo, lo que supuso que el embalse no fuera suficiente para abastecer a la población y por eso se construyó la presa del Añarbe.
En 2002, un fallo en el sistema eléctrico de maniobra hizo que la presa perdiera su función de regulación. En ese momento, el Ayuntamiento de San Sebastián se tuvo que plantear si arreglarla o dejarla obsoleta. Tras valorar las implicaciones ambientales y económicas, optó por dejarla fuera de uso y entre 2017 y 2019 se vació.
Conservación biológica

Una vez vaciada, se tuvo que plantear qué hacer con la con la presa, para lo que se barajaron tres opciones: dejarla como está, demolerla completamente o una demolición parcial.
“La opción que se ha elegido es la demolición parcial porque es la que menos impacto ambiental va a suponer”, ha defendido García, tras recordar que Artikutza está en un enclave catalogado como Zona de Especial Conservación (ZEC) y Red Natura 2000.
El presupuesto de los trabajos asciende a 1,6 millones de euros, de los que 1 millón será aportado por el Ayuntamiento y el resto por el proyecto Life Kantauribai, cofinanciado con fondos europeos.
La solución técnica por la que se ha optado consiste en abrir una escotadura, un “agujero”, de 7 metros de ancho en el aliviadero izquierdo, desde la coronación hasta 1 metro por debajo de la cota del terreno, lo que garantizará la conectividad biológica en todo el río, ha destacado el director de Salud y Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Sebastián, Sergio Fernández.
El próximo martes, la Junta de Gobierno local del Ayuntamiento de San Sebastián aprobará el proyecto. La previsión es tener los pliegos de contratación y licitación a finales de este año y empezar las obras en 2026.