Macron hace un paralelismo entre la victoria de 1945 y la lucha por la paz en Europa ahora

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, vuelve a encender la llama de la Tumba del Soldado Desconocido durante una ceremonia en el Arco del Triunfo por el 80 aniversario del Día de la Victoria en Europa, EFE/EPA/THOMAS SAMSON / POOL MAXPPP OUT

París, 8 may (EFE).- El presidente francés estableció este jueves un paralelismo entre la victoria frente al régimen nazi en mayo de 1945 y la defensa de la paz ahora en Europa frente al comportamiento de Rusia, e hizo un llamamiento para afirmar los ideales franceses de independencia, libertad y “una Europa más fuerte”.

En un discurso solemne en París con ocasión de las festividades del armisticio de la Segunda Guerra Mundial, del que hoy se cumplían 80 años, Macron insistió en que la paz del 8 de mayo de 1945 se creía que iba a ser “perpetua” y que iría acompañada de prosperidad y democracia en el continente europeo, pero la realidad no ha sido así.

Hizo notar que estos últimos años “ha reaparecido el espectro de la guerra, han resurgido los imperialismos y los comportamientos totalitarios y se ha ultrajado de nuevo el derecho de las naciones”, en una clara referencia a Rusia, aunque sin nombrarla.

Afirmó que una victoria no hay que darla nunca por definitiva: “nunca habremos acabado de luchar por la victoria y no habremos acabado nunca de defender la paz. No habremos acabado nunca. Y si algunos lo pensaban, estos últimos años se nos ha recordado en Europa y en el mundo”.

Por eso subrayó que es necesario “afirmar” la posición de Francia y sus “ideales”, los que consisten en “defender nuestra independencia, nuestra libertad y una europa más fuerte”.

El jefe del Estado francés quiso recordar que a pocas horas de que se firmara el armisticio en Berlín el 8 de mayo de 1945 en el que el régimen nazi tenía que formalizar su rendición, los aliados no habían previsto que la bandera francesa estuviera junto a las de los países vencedores, Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Soviética.

Y que tuvo que ser el representante francés, el general Jean de Lattre, el que exigió que se añadiera su bandera de forma que Francia “recuperó su rango en la mesa de los vencedores”.

Macron también rememoró lo que significó aquel armisticio de cara al interior, porque después de cinco años de guerra, “todo estaba por reconstruir, y en primer lugar la nación” después de “cientos de miles de muertos, militares, civiles, deportados, más de un millón de prisioneros de guerra, 400.000 edificios destruidos”.

Igualmente se refirió a que la victoria fue posible por la intervención de los aliados y de la resistencia, en la que había gente de muy diversa ideología y de muy diverso origen, incluidos combatientes extranjeros como los maquis españoles.

La ceremonia de conmemoración del armisticio, que se desarrolló en la avenida de los Campos Elíseos, comenzó para Macron junto a la estatua al general Charles de Gaulle.

Junto a él estaban algunas de las principales autoridades políticas del país, como el primer ministro, François Bayrou, los presidentes de las dos cámaras parlamentarias, la de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet, y el del Senado, Gérard Larcher, o el ministro de Defensa, Sébastien Lecornu.

Después de rendir tributo en silencio al que en Francia se considera el gran héroe francés de la guerra y de la resistencia, el jefe del Estado subió en coche la avenida hasta el Arco de Triunfo, donde pronunció el discurso.

Una vez terminado, depositó una corona de flores ante la tumba del soldado desconocido que hay en la base del Arco de Triunfo, flanqueado por la cúpula militar, empezando por el jefe del Estado Mayor del Ejército, Thierry Burkhard. La ceremonia finalizó con el canto del himno nacional francés, La Marsellesa.