
Macron nombra rápidamente a un primer ministro para intentar cerrar la crisis política
París, 9 sep (EFE).- El presidente francés, Emmanuel Macron, trató de cerrar rápidamente la crisis política abierta tras la caída el lunes de François Bayrou como jefe de Gobierno, nombrando este martes como sucesor a Sébastien Lecornu, de 39 años y hasta ahora ministro de Defensa.
El nombramiento sucede en la víspera de una jornada de protestas nacionales promovidas por el movimiento social ‘Bloqueemos todo’ y a nueve días de otro día de huelgas y paros, organizado por los sindicatos y apoyado por los partidos de izquierdas. Desde que Bayrou oficializó su dimisión en el Palacio del Elíseo, Macron no tardó ni cinco horas en designar a su sucesor, Lecornu, una de las figuras políticas más cercanas al presidente. La rapidez con la que nombró el presidente a un nuevo jefe de Gobierno -el cuarto en menos de dos años y el séptimo desde el inicio del mandato presidencial en 2017- llamó la atención, al igual que el comunicado que difundió El Elíseo. En él, Macron pide a su nuevo primer ministro que se remangue para construir «acuerdos esenciales» que conduzcan a la aprobación del Presupuesto de 2026, algo que no logró hacer Bayrou debido a la oposición de la ultraderecha de Marine Le Pen y de la izquierda. El mandatario también encargó a Lecornu tejer un gobierno que «defienda la independencia y el poder de Francia» con la meta de dar «la estabilidad política e institucional necesaria para la unidad del país», en un momento de plena tensión social y económica. «El Presidente de la República está convencido de que, sobre estas bases, es posible un acuerdo entre las fuerzas políticas, respetando las convicciones de cada uno», finaliza El Elíseo. En un mensaje en la red X, el recién designado jefe de Gobierno aseguró «conocer las dificultades» de los franceses y dijo que, «con humildad», su administración «hará todo lo posible» para responder a las necesidades de sus compatriotas. La elección de Lecornu, antiguo alcalde de Vernon (Normandía) y quien dudó entre ser monje o dedicarse a la carrera castrense, no ha resultado una sorpresa. Su nombre ya había circulado en cada cambio gubernamental. Macron aprecia de él su fidelidad, discreción y capacidad de consenso. El antiguo miembro del centroderechista Los Republicanos (LR) ha sido el cuarto primer ministro que Macron designa en menos de dos años. Gabriel Attal (2024), Michel Barnier (2024) y François Bayrou (2024-2025) le antecedieron, todos ellos con caducidad de menos de un año. Los dos últimos cayeron en sendas mociones en la Asamblea Nacional, tras el acuerdo de circunstancias entre la ultraderecha de Marine Le Pen y la izquierda. Si el nuevo jefe de Gobierno no quiere acabar como Barnier o Bayrou, tendrá que llegar a un acuerdo de no agresión en la Asamblea ya sea con el grupo de la extrema derecha de Le Pen o con parte de los progresistas, a priori los socialistas. En plena incertidumbre social y económica que atraviesa Francia, bajo la presión de los mercados y de las protestas sociales, el proyecto de Presupuesto de 2026, que ha de presentarse en octubre, será la primera prueba de fuego para el primer ministro. Lecornu, quien asumirá su nuevas funciones mañana miércoles a mediodía en una ceremonia en Matignon de manos de Bayrou, tendrá la misión de presentar su gabinete ministerial previsiblemente en los próximos días. «Es el último cartucho del macronismo» La líder de la oposición, la ultraderechista Marine Le Pen, desdeñó la elección de Macron. «El presidente dispara el último cartucho del macronismo, atrincherado en su pequeño círculo de leales», arremetió Le Pen, en un mensaje en redes sociales, en el que mantuvo como «inevitables» unas elecciones legislativas anticipadas, las que serían las segundas en un año y medio. Tampoco aprobó el nombramiento otro partido clave para la estabilidad del Gobierno, el Socialista (PS). «Emmanuel Macron se obstina en un camino en el que ningún socialista participará. Sin justicia social, fiscal y ecológica, sin medidas para el poder adquisitivo, las mismas causas provocarán los mismos efectos», criticó el líder socialista, Olivier Faure, quien se había postulado para ser primer ministro. Sin sorpresas, el primer partido de la izquierda, el contestatario La Francia Insumisa (LFI), fue más allá y volvió a exigir la dimisión de Macron, al que atribuye la parálisis política del país. El antiguo partido de Lecornu, listo para apoyarlo El líder de los Republicanos y ministro del Interior saliente, Bruno Retailleau, se declaró dispuesto a llegar a acuerdos con el nuevo primer ministro para construir una mayoría nacional, a pesar de los puntos de vista divergentes dentro de su partido. «Espero que podamos llegar a acuerdos. Creo que existe la posibilidad de construir un proyecto que satisfaga lo que yo llamo la mayoría nacional», declaró Retailleau, cuya fuerza, en la que militó Lecornu, aporta solo cerca de 50 diputados de los 577 del hemiciclo. También brindó el respaldo al nuevo jefe de Gobierno Édouard Philippe, exprimer ministro de Macron (2017-2020) y líder del centrista Horizontes.
