Moscú, 27 ago (EFE).- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, el canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, abrieron este miércoles a Moldavia las puertas de la Unión Europea (UE), frente a la agresión rusa en la vecina Ucrania, que amenaza también a esta antigua república soviética.
«Hemos venido a Moldavia con dos mensajes. El primero es que la puerta de la Unión Europea está abierta» para Moldavia, dijo Merz durante una rueda de prensa conjunta en Chisinau con ocasión del Día de la Independencia de ese país.
Merz subrayó que el presidente ruso, Vladímir Putin, no tiene nada que celebrar este miércoles, ya que está deseando que una independiente Moldavia regrese a «la esfera de influencia» del Kremlin.
Troika europea en apoyo de Sandu

El conocido como Triángulo de Weimar, ya que fue fundado en esa ciudad en 1991, viajó a Moldavia a falta de un mes para las cruciales elecciones legislativas en las que el Gobierno se juega su futuro europeo frente a la oposición patrocinada por el Kremlin, a la que aventaja en las encuestas, pero que se ha unido para desbancar al gobernante Acción y Solidaridad.
Al respecto, Macron subrayó que, al contrario que Rusia, «la UE no amenaza a nadie y respeta la soberanía de todos. Es una unión de prosperidad y de paz. No es, en absoluto, como la Unión Soviética».
Dirigiéndose a su anfitriona, la presidenta moldava Maia Sandu, una europeísta convencida, destacó que la UE «es una comunidad de valores» democráticos, que ha hecho una apuesta «clara» por el ingreso de Moldavia en la Unión.
Macron recordó que en el referéndum europeísta de 2024 los habitantes de la antigua república soviética apoyaron la adhesión frente a la oposición del Kremlin, que considera ahora a la UE su enemiga por apoyar a Ucrania.
«Los ciudadanos de Moldavia han entendido que la adhesión a la UE representa una oportunidad histórica para el futuro de su país, una oportunidad para la prosperidad y para la seguridad» que llevará a modernizar las infraestructuras y la economía, y abrirá el país a un mercado de 450 millones de consumidores, subrayó.
Chisinau acogió el pasado 4 de julio de la primera cumbre UE-Moldavia en la que Bruselas impulsó las negociaciones de ingreso de la pequeña república que tiene estrechos lazos étnicos y culturales con la vecina Rumanía.
Merz demanda el fin de la guerra

Aunque los tres, incluido Tusk, hablaron de la agresión rusa, Merz fue el más contundente a la hora de defender la libertad y soberanía de Moldavia frente al sufrimiento causado por la guerra en Ucrania.
«Esta guerra tiene que terminar», dijo Merz, quien ha incrementado desde su llegada al poder los suministros de armamento a Kiev, en particular baterías antiaéreas.
Eso sí, matizó, «no a cualquier precio», ya que -recalcó- Bruselas no desea «la capitulación de Ucrania».
En su opinión, la rendición de Kiev únicamente serviría para que Putin «gane tiempo» para preparar «la próxima guerra» en el continente.
«Es por eso que queremos y necesitamos que la paz perdure», insistió.
Y recordó que Putin, quien sigue lamentando la desintegración hace 34 años de la URSS, no ha dejado de «minar la paz y libertad en Moldavia».
Sin alternativa al ingreso en la UE
Sandu, en el poder desde 2020 y que fue reelegida en 2024, recibió a los tres líderes europeos asegurando que «no hay alternativa a la UE», ya que lo contrario significaría volver al pasado.
«Estamos en el lado bueno de la historia (…) Moldavia hará a la UE más fuerte, unida y próspera», dijo y añadió que la visita de los dirigentes europeos es una muestra de respeto a Moldavia, antaño el país más pobre de Europa.
Advirtió que la independencia del país estará más en juego que nunca en las elecciones del 28 de septiembre y acusó a Rusia de socavar la estabilidad del país a través de injerencia, campañas de desinformación, financiación ilegal de partidos y protestas, sabotajes, ciberataques y mucho odio.
«La UE significa libertad y paz. La Rusia de Putin significa guerra y muerte», afirmó.
De hecho, el líder opositor prorruso, el socialista Ígor Dodon, criticó la visita al considerar que es un apoyo a Sandu y no al país en su conjunto.
«Camarada Macron, esto no lo olvidaremos. Esto va contra los intereses de los ciudadanos de Moldavia (…) Imagínense si Putin o Lukashenko hubieran venido en el Día de la Independencia cuando celebramos las elecciones presidenciales en 2020. Qué ruido hubieran armado, incluido en las capitales europeas», señaló.
La policía moldava dijo hoy haber detenido a una veintena de activistas prorrusos que querían bloquear el paso del convoy con los coches oficiales de los dirigentes europeos.
Entre los detenidos figuran miembros del poscrito bloque prorruso Pobeda (Victoria), cuyo líder es el oligarca Ilon Shor, exiliado en Moscú y perseguido por la Justicia moldava.