Madrid grita «Hello» al fin a Lionel Richie para vivir «toda una noche» de baladas míticas

El cantante y compositor estadounidense Lionel Richie durante el concierto que ha ofrecido este sábado en el Movistar Arena de Madrid, el último de su gira española. EFE/ Zipi/SOLO USO EDITORIAL

Javier Herrero.

El cantante y compositor estadounidense Lionel Richie durante el concierto que ha ofrecido este sábado en el Movistar Arena de Madrid, el último de su gira española. EFE/ Zipi/SOLO USO EDITORIAL

Madrid, 2 ago (EFE).- Harto difícil había sido hasta esta noche disfrutar en vivo en Madrid de uno de los grandes baladistas de la historia de la música, Lionel Richie, quien a sus 76 años y tras una larga espera al fin ha recalado aquí con un «show» lleno de temas míticos, del ‘Hello’ inicial al broche con ‘All Night Long’.

El cantante y compositor estadounidense Lionel Richie durante el concierto que ha ofrecido este sábado en el Movistar Arena de Madrid, el último de su gira española. EFE/ Zipi/SOLO USO EDITORIAL

«¡Bienvenidos a la última noche del tour! ¡Quiero que sepáis que no será mi última vez aquí en Madrid, porque me gusta cuando escucho a la gente animada y todo el mundo está muy animado!», ha prometido este intérprete, compositor y productor, artífice fundamental de ‘We Are The World’ y con unas ventas superiores a los 100 millones de copias de sus discos.

A falta de unas pocas butacas vacías y de cifras oficiales de la promotora, unas 7.000 personas han seguido este concierto en el Movistar Arena, el quinto de una inusual gira por España con la que ha cerrado a su vez el periplo europeo en el que ha mostrado su espectáculo de grandes éxitos ‘Say Hello To The Hits’.

Él alega que no ha actuado más a menudo en el país en estos años «por un problema de routing y de disponibilidad» de los recintos, pero lo cierto es que por ejemplo en la última década solo ha ofrecido dos conciertos en suelo español, los dos como parte del festival Starlite de Marbella (Málaga), en 2015 y en 2023.

Durante unos 100 minutos y acompañado de cinco músicos de gran calibre, Richie (Tuskegee, 1949) ha servido lo que prometía el título de la gira, centrado en su fase compositiva de mayor calado, la de sus inicios junto al grupo de «r&b» y «soul» Commodores y, sobre todo, sus tres primeros discos en solitario: ‘Lionel Richie’ (1982), ‘Can’t Slow Down’ (1983, uno de los más vendidos del mundo) y ‘Dancing On The Ceiling’ (1986).

Esta ha sido una noche idónea para reivindicar a quien, ahora que las canciones aparecen acreditadas por una infinidad de responsables, fue autor integral de un puñado de cortes intemporales y que junto a otros artistas negros como Michael Jackson, Prince o Stevie Wonder lideró las listas mundiales volando por los aires los prejuicios que durante décadas convertían hasta los estilos musicales en compartimentos estancos y racializados.

Todos esos méritos no le han salvado esta noche de algunos pitidos de desaprobación por los casi 30 minutos de retraso con el que ha empezado su concierto. No ha habido más protestas después, solo aplausos cuando brazos en cruz ha emergido de las sombras con una casaca blanca y ‘Hello’, recibida con emoción a pesar de que su voz parecía muy lejos de los estándares grabados en la memoria.

Ha sido solo un frágil espejismo roto en cuanto ha soltado la enérgica ‘Running with the Night’ en segundo lugar y ha conminado a todo el mundo a que se pusiera en pie y abandonara la comodidad de sus asientos, poniendo el concierto en otra órbita.

Ha bromeado a continuación sobre «los 100 grados» que ha soportado estos días en Madrid, una tónica parlanchina y humorística que ha mantenido en todo el concierto, como al simular un error junto a su saxofonista en el final de ‘Easy’.

Madrid ha podido disfrutar del calypso de ‘Se La’ y del lamento ochentero de la guitarra en ‘Stuck On You’, verlo sentarse al piano para tocar ‘Sail On’ y hasta articular una pequeña «kiss cam» a lo Coldplay con la declaración de amor de ‘You Are’.

Antes de que la cosa se pusiera demasiado azucarada, ha irrumpido el funky de ‘Brick House’ para poner el recinto en ebullición, convirtiéndose en una de las interpretaciones más vívidas de la velada por la energía de toda la banda, materializada en bocanadas de fuego y un gran aplauso.

«En realidad no necesitábamos fuego en Madrid», ha bromeado en alusión al entusiasmo y calor real de los asistentes, antes de internarse en otros clásicos como ‘Three Times a Lady’ o ‘Truly’, prendido en linternas y ánimos. «Mi trabajo es calentar el ambiente», ha comentado entre las risas del público.

No tan lucida ha quedado «Endless Love’, que junto a Diana Ross convirtió en uno de los temas de mayor éxito comercial de la historia. Durante «42 años» le ha pedido volver a cantarla juntos, ha dicho sobre las negativas de la artista, aunque él tampoco ha mostrado mucho entusiasmo hoy, pues solo ha cantado la primera parte.

Ahí ha emprendido el tramo final, primero con el ímpetu de ‘My Destiny’ y ‘Dancing On The Ceiling’, al que ha sumado el emblemático riff de guitarra del ‘Jump’ de Van Halen, recibido con una lluvia de «oés» y entusiasmo que ha mantenido con ‘Say You, Say Me’, la que le proporcionó un Oscar.

En ese clima de júbilo, de repente una pregunta existencialista y plenamente actual: «¿Cómo vamos a sobrevivir en el mundo en el que vivimos?». Él mismo ha contestado con «una canción para recordar que el amor es la única respuesta que necesitamos», ‘We Are The World’, la que unió a Michael Jackson, Bob Dylan y Bruce Springsteen en un mismo estudio con un propósito solidario.

«Esta es la mejor forma de despedir una gira como esta», comentaba solo unos minutos antes, cuando subía al escenario a todo su equipo para recibir el aplauso general, que ha vuelto a recibir poco después con la imprescindible ‘All Night Long’ como imprescindible fin de «fiesta forever». EFE

jhv/plv

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