Madrid, 5 may (EFE).- Madrid honró al noruego Casper Ruud, uno de los mejores jugadores de tierra, sin premio grande hasta que irrumpió en este 2025 en la Caja Mágica, que echó el cierre a una nueva edición, con campeón inédito, agitada por un apagón masivo en el país y con el prematuro adiós de los iconos de su cartel.
Ruud se coronó en el cuadro masculino y la bielorrusa Aryna Sabalenka, número uno del mundo, ilustró el torneo de mujeres, que mantuvo hasta el final a sus principales referentes y que consolidó para el futuro a la estadounidense Coco Gauff, que ya se asentó a finales del pasado año, cuando ganó las Finales WTA después de dejar en el camino a la propia Sabalenka y a la polaca Iga Swiatek.
El tenis, la temporada de tierra, se mete de lleno en Roma y después, ya en Roland Garros, el auténtico objetivo de los grandes jugadores, el segundo Grand Slam del curso, entre ellos ahora Casper Ruud, dos veces finalista en París, dos intentos fallidos.
El noruego, ahora feliz, instalado de nuevo en el top ten, como séptimo del mundo, de donde cayó hace dos semanas, aparece de nuevo en el circuito. Sobre todo en esta superficie. Sin la cara de perdedor que le ha acompañado en los últimos tiempos, desde el 2022, cuando perdió las finales del Masters 1000 de Miami, la primera de Roland Garros, la del Abierto de Estados Unidos y la de las Finales ATP, la de los maestros. Un año después, en el 2023, volvió a sucumbir en París. Y el pasado curso, en el 2024, la de Montecarlo. Todo eran tiros al aire. Sin acierto.
Con Jannik Sinner sancionado, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic eran los principales reclamos del evento madrileño de la Caja Mágica. El español, doble campeón, no llegó a debutar por una lesión en el aductor de la pierna derecha. Y de camino al título 100, Novak Djokovic, otra vez eliminado pronto, tras perder en su primer partido, contra el italiano Matteo Arnaldi.
Fuera, el ganador de veinticuatro Grand Slam, el alemán Alexander Zverev, número dos, el estadounidense Taylor Fritz, tercer favorito, o el vigente campeón, el ruso Andrey Rublev o el australiano Alex de Miñaur, acaparaban el interés junto al aire fresco de jóvenes como el brasileño Joao Fonseca o los checos Jakub Mensic o Jiri Lehecka.
Cada aliciente caía antes o después… Mientras Ruud avanzaba en silencio y el británico Jack Draper, a pesar de su escasa vinculación con la arcilla, progresaba hacia el segundo Masters 1000 de la temporada con el top 5 en el bolsillo.
Sin españoles desde que Alejandro davidovich cayó en tercera ronda ante Alexander Zverev, y con cada vez más bajas del cuadro por lesión, como el francés Corentin Moutet, el danés Holger Rune, David Goffin, Botic Van de Zandschulp, Luciano Darderi, Laslo Djere, Gael Monfils, Benjamin Bonzi, Matteo Berrettini, el tramo final del evento quedó en manos del argentino Francisco Cerúndolo, el italiano Matteo Arnaldi, el ruso Daniil Medvedev, Lorenzo Mussetti y la revelación y la sorpresa del canadiense Gabriel Diallo, que llegó hasta cuartos de final desde la repesca de la fase de clasificación.
Ruud fue a más y se coronó en Madrid, para inscribir su nombre entre leyendas, como las del Big Three y nuevos consolidados como Carlos Alcaraz y Alexander Zverev.
Casper Ruud se dejó en Madrid su condición de perdedor. Es una mezcla de alivio, felicidad y pura alegría. “Sé, por los últimos años que he pasado en el circuito, lo difícil que es triunfar en los torneos más importantes, y nunca he podido llegar a la meta como campeón, pero hoy lo logré, y esta semana aquí en Madrid, así que estoy extremadamente feliz y orgulloso de haber podido mantener la concentración en el torneo durante todo el partido”, dijo.
No ha tenido un cuadro fácil en Madrid el líder de victorias en tierra batida (125), finales (18) y títulos (12) desde el inicio de la temporada 2020. Tras sus victorias sobre el estadounidense Taylor Fritz, cuarto del mundo, y el ruso Daniil Medvedev, décimo, dejó también en el camino a Sebastian Korda, al francés Arthur Rindeknech y el argentino Francisco Cerúndolo.
Tras quedar fuera del Top 10 antes de Madrid, regresará, después de dos semanas de ausencia, como número siete, a las alturas y con un éxito muy buscado y logrado bajo el brazo.
El tercer campeón escandinavo de un Masters 1000 en tierra batida, tras los suecos Stefan Edberg en Hamburgo en 1992 y Magnus Norman en Roma en el 2000, salió fortalecido del duelo de contrastes que se visualizó en la pista central de la Caja Mágica ante un rival como Draper, que mejoró tras ceder el primer set pero que no pudo imponer su nivel, su buen momento ante un especialista en arcilla.
Llega Roma y reaparece Jannik Sinner después de tres meses de suspensión por dopaje. El circuito retoma la normalidad con el número uno del mundo y con Carlos Alcaraz ya recuperado de la dolencia que sufrió en Barcelona y le apartó de Madrid. No estará Djokovic que calibra su calendario, dosifica esfuerzos y apunta a Roland Garros, el segundo grande del curso al que aspiran varios.
Con la mirada puesta en Roland Garros se coronó por tercera vez Sabalenka en el cuadro femenino, tras superar a la estadounidense Coco Gauff. La cuarta final seguida de la bielorrusa plasmó su superioridad, asentada, en el circuito, mientra crece Gauff, superada en dos sets, y donde genera dudas Iga Swiatek que tuvo un desempeño irregular en Madrid. Sobrevivió a situaciones límite como la de Madison Keys en cuartos de final, pero cayó con estrépito ante Gauff. Necesita un tiempo la polaca, sin éxito alguno en lo que va de curso, sin opción de momento a regresar a la cima del ránking.
Ganadora de París en los dos últimos años y en cuatro ocasiones en total ya no se siente infranqueable. La bielorrusa se aleja en el ránking de Swiatek que nota la amenaza de Gauff, cada vez más cerca del segundo lugar.
“Tengo más confianza en mi juego en la pista de tierra. Física y mentalmente estoy lista para trabajar por cada punto. Espero que este año sea diferente para mí. Creo que mi juego ha mejorado en todo”, confía Sabalekna, con la mirada puesta en Roland Garros, donde no ha tenido opciones en los últimos años.
Santiago Aparicio