Manual de éxito para candidatos: «No hay campañas perfectas, pero sí inteligentes»

¿Qué tiene que hacer un candidato para ganarse el máximo número de apoyos en una campaña electoral? "No hay campañas perfectas, pero sí hay campañas inteligentes, aquellas que saben leer el momento, escuchar a la ciudadanía, contar un relato coherente y movilizar emociones", dice el politólogo Xavier Peytibí en una entrevista con EFE. EFE/ CRÉDITO OBLIGATORIO FOTO CEDIDA PERMITIDO SU USO SOLO EN RELACIÓN A LA INFORMACIÓN QUE APARECE EN EL PIE DE FOTO.

Roger Mateos

Barcelona, 13 ago (EFE).- ¿Qué tiene que hacer un candidato para ganarse el máximo número de apoyos en una campaña electoral? «No hay campañas perfectas, pero sí hay campañas inteligentes, aquellas que saben leer el momento, escuchar a la ciudadanía, contar un relato coherente y movilizar emociones», dice el politólogo Xavier Peytibí.

Peytibí (Barcelona, 1977), consultor de comunicación política en Ideograma y con experiencias electorales en diez países, acaba de publicar «Manual de campaña electoral. Cómo impactar en el votante» (UOC), un cofre del tesoro para candidatos necesitados de trucos y consejos para maximizar su poder de seducción sobre los votantes.

«No hay ninguna receta cerrada. En el manual muestro tan solo una caja de herramientas para que cada candidatura encuentre su propio camino para impactar en positivo sobre el votante indeciso», resume Peytibí en una entrevista con EFE.

El politólogo barcelonés -que dirige además la plataforma ‘Beers & Politics’ y es autor de la ‘newsletter’ Política Creativa- aborda en su libro cómo afrontar unas elecciones desde todos los ángulos: desde dar un toque personal a la campaña -familia, mascotas, sentido del humor- hasta cuidar el lenguaje corporal, el uso de las redes e infinidad de detalles para mejorar el impacto de la candidatura.

De todas las recomendaciones que plantea, ¿hay alguna que destaque en relevancia por encima de las demás? «Si tuviera que quedarme con una, sería la coherencia entre lo que se dice, lo que se hace y lo que se proyecta», explica.

«Un candidato puede tener un gran programa y un buen equipo pero si el mensaje no es creíble o si hay incoherencias entre su imagen y sus actos, el votante lo percibe y desconecta. La diferenciación también es clave. Si no te recuerdan ni te diferencian del resto, es más difícil que te voten», enfatiza.

Y añade otra clave: la «escucha real», porque «las campañas no son solo para hablar; son también para entender qué mueve, preocupa o ilusiona al votante, y adaptar la estrategia en consecuencia».

Tendencia a la «personalización»

A partir de su experiencia sobre el terreno, Peytibí detecta una clara tendencia a la «personalización» de las campañas, donde el perfil del cabeza de cartel es hoy más esencial que nunca.

«Cada vez más votamos a personas, no solo a partidos. Esto no significa que las siglas hayan dejado de importar, pero el votante busca una conexión emocional y personal con quien lidera el proyecto. Cuando el candidato encarna un relato propio y diferenciador, puede incluso ampliar la base de votantes más allá de los límites ideológicos del partido», argumenta.

Volatilidad del voto

Peytibí observa cambios en la manera de afrontar las campañas ya que la fragmentación comunicativa, el desapego hacia los políticos y el aumento de la infidelidad de voto son «cada vez mayores».

Eso significa que «hasta el último segundo se pueden conseguir votos, pero también pueden perderse».

«Las campañas se han convertido en una combinación de preparación milimétrica y capacidad de improvisación estratégica», agrega.

Carteles y banderolas en plena era digital

Hay detalles de las campañas que apenas cambian: en la era de las nuevas tecnologías sigue habiendo carteles, banderolas y cartas enviadas por correo postal, pero ¿sirven de algo?

«Siguen sirviendo, pero cumplen otra función. No son ya la principal herramienta de persuasión, sino piezas que refuerzan la visibilidad, transmiten sensación de presencia y ayudan a llegar a públicos menos activos en redes. Siguen teniendo valor, aunque por sí solos ya no decantan un resultado», destaca.

Lo que sí resulta «imprescindible», puntualiza, es volcarse en utilizar las redes sociales, «no solo para llegar a más gente sino porque permiten segmentar mensajes, interactuar en tiempo real y generar conversación».

«La calle y la red se retroalimentan»

Según Peytibí, «una buena estrategia digital puede reforzar un liderazgo, viralizar un mensaje o activar a votantes indecisos», aunque las redes «no son mágicas», sino que «funcionan cuando se integran en un plan más amplio que conecta ‘online’ y ‘offline'».

Esta idea se sintetiza con el concepto «campañas conectadas»: «La calle y la red no compiten; se retroalimentan», concluye.

La inteligencia artificial (IA), añade, «es útil para análisis de datos, segmentación de públicos, optimización de mensajes e incluso para crear contenidos más rápidos y adaptados a distintos perfiles», y «su potencial para personalizar la comunicación es enorme», aunque «no sustituye el criterio político ni la conexión humana» y, hoy por hoy, «no es determinante para decantar un resultado».