Miguel Álvarez
A Coruña, 27 abr (EFE).- La historia de Manuel Martínez es la inspiración del historiador Suso Martínez para mostrar una conexión entre Galicia y Cuba a través de este esclavo en rebeldía.
Suso Martínez es un popular guía turístico gallego que desde hace años teatraliza sus visitas, en las que interpreta a personalidades de diferentes épocas, y que acaba de publicar su primera novela, ‘El rey de los jíbaros’ (Eoditorial, 2025), que tiene como escenarios Galicia, Madrid y Cienfuegos, en Cuba.
Explica a EFE que hace tiempo leyó en una publicación del Centro Gallego de La Habana una pequeña historia de Manuel Martínez, “un personaje inmortalizado en canciones de ciego, que eran los que en el siglo XIX iban de feria en feria contando historias de héroes populares” y a partir de ahí empezó a investigar sobre este personaje que “es en sí mismo una leyenda”.
El protagonista era natural de Ortigueira (A Coruña) y luego “fue a Cuba e hizo la revolución” para convertirse en uno de los jíbaros, “los esclavos huidos de sus amos que escapaban al monte”, aunque matiza que el título de la obra no se ajusta a su papel real: “No fue rey de nada ni de nadie”, añade.
Consiguió poca documentación sobre Manuel Martínez, por eso optó por una novela, con base real, en la que eligió a un viejo indiano -los que volvían de América con prosperidad- como narrador, en su chalet de Ortigueira.
Allí “recuerda y muchas veces discute consigo mismo” mientras reflexiona sobre los cuatro documentos que hablan del esclavo rebelde y que son la base de toda la historia, como su pasaporte o su certificado de defunción.
“Hay violencia, supervivencia, distintos tipos de amores y hay un final. Hay Ortigueira, hay A Coruña, hay Madrid y hay Cienfuegos. Todo ocurre entre 1850 y 1863, que son trece años muy intensos”, resume el autor.
La novela empieza con una advertencia: “No traten de buscar la verdad por las esquinas de una novela”, aunque hay un trasfondo real que lleva a múltiples escenarios.
Pasa por Estaca de Bares -el punto más al norte de la península Ibérica- y recorre un lugar como Ortigueira, que en el siglo XIX era uno de los núcleos más poblados de Galicia, lejos de lo que sucede hoy en día, pues contaba con 40.000 habitantes y era “muy dinámico, incluso expulsaba gente”.
Sigue por A Coruña, en su zona histórica y en el puerto de la ciudad, como lugar de partida de la emigración, y también llega hasta Madrid.
Ya en Cuba repasa la historia de “un clan muy poderoso” de origen gallego, que es la familia Acea, y también aborda cuestiones como la intervención española de la década de 1860 en la República Dominicana y México.
El libro entra en cuestiones políticas y explica cómo era la vida en aquella Cuba y también el impacto de los indianos que regresaban a Galicia para hacer ostentación de su fortuna, incluso con donaciones que actualmente siguen en forma de árboles americanos en numerosos jardines de la comunidad, como en A Coruña.
Y otra constante es el papel de los gallegos, que “siempre están ahí” como protagonistas en casi cualquier historia en todas partes.
“Quizá este sea el comienzo de una saga interesante”, concluye el autor.