Manila, 10 jun (EFE).- El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., reconoció este martes que apuesta por la continuidad en su Gabinete tres semanas después de exigir una dimisión en bloque por el resultado peor de lo esperado en las recientes elecciones a mitad de mandato.
«Parece que los otros secretarios lo están haciendo bien y hay un buen desempeño», dijo este martes el presidente filipino a los medios de comunicación, antes de añadir que no hay «una renovación del Gabinete».
Marcos Jr. pidió, el pasado 22 de mayo, la dimisión de todos los ministros y los responsables de las agencias que integran el Gabinete presidencial. Una medida anunciada después de que los candidatos al influyente Senado apoyados por Marcos Jr. en las elecciones a mitad de mandato, celebradas el pasado 12 de mayo, obtuvieran menos escaños de los esperados.
Sin embargo, semanas después de pedir un «reinicio» del Gabinete, los cambios introducidos por el presidente se limitan al secretario de Exteriores, Enrique Manalo, quien será sustituido por la hasta ahora subsecretaria de la cartera, Maria Theresa Lazaro; mientras que Darlene Marie Berberabe fue nombrada como la nueva fiscal general.
Los responsables de carteras clave como defensa, justicia e interior permanecen en el puesto, al igual que más de una decena de otros dirigentes, confirmó en una rueda de prensa hace una semana el secretario ejecutivo, Lucas Bersamin.
Aunque parte de los 23 ministros que componen el Gabinete no han sido ni confirmados ni rechazados oficialmente, Marcos Jr. afirmó hoy que el proceso de revisión continúa «actualmente a nivel de subsecretario».
Los candidatos al influyente Senado apoyados por Marcos Jr., hijo del difunto dictador filipino Ferdinand Marcos, obtuvieron menos escaños de los esperados en las elecciones a mitad de mandato del pasado mayo.
Marcos Jr., con una popularidad del 25 %, según una encuesta de marzo de Pulse Asia, reconoció tras los comicios que los resultados electorales se debieron a la decepción de los filipinos con la actuación del Gobierno.
Las elecciones estuvieron marcadas por la enemistad del presidente con la vicepresidenta y antigua aliada, Sara Duterte, así como por la detención en marzo de su padre, el exmandatario Rodrigo Duterte (2016-2022), que espera, detenido en La Haya, a ser juzgado por crímenes contra la humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI) debido a su sangrienta guerra contra las drogas. EFE
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