Marea ‘folkie’ en Ortigueira

La Escola de Gaitas de Ortigueira actúa este miércoles, durante el primer día del festival internacional del mundo Celta Ortigueira (A Coruña). EFE/ Kiko Delgado

Raúl Salgado

Un momento del primer día del festival internacional del mundo Celta que se celebra hoy miércoles en la localidad coruñesa de Ortigueira. EFE/ Kiko Delgado

Ortigueira (A Coruña), 9 jul (EFE).- Con poco más de 5.000 habitantes, la metamorfosis anual de Ortigueira ha regresado de nuevo por obra y gracia de su Festival Internacional do Mundo Celta, una gota en el desierto de los grandes certámenes musicales del verano, ya que mantiene la esencia de cita gratuita y popular con la que nació en 1978.

Una marea de fieles seguidores de la música tradicional de las Naciones Celtas peregrinan al pinar de Morouzos, uno de los epicentros del festejo, ya en los días previos al evento, de Interés Turístico Internacional y que agita a una villa en constante declive poblacional, del que parece olvidarse cada comienzo de verano.

Las colas en sus establecimientos de alimentación y hostelería y la necesidad de articular planes especiales de tráfico son la tónica dominante cada julio, cuando miles de personas, procedentes de medio mundo, propician una comunión en torno a la cultura en libertad y en contacto con la naturaleza.

La Escola de Gaitas de Ortigueira impulsó un festival que, con la llegada del siglo XXI, se convirtió en propuesta de masas, superando con facilidad la barrera de los 100.000 visitantes en los últimos años.

Esa agrupación, que cumple medio siglo de trayectoria, será la gran protagonista de la noche del viernes, el inicio de un fin de semana que suele ser el tramo en el que se concentran más espectadores.

La entidad ha acompañado el recorrido del certamen, que ha consolidado propuestas paralelas como su concurso Runas, que permite a nuevas bandas abrirse un hueco en su escenario principal de la Alameda ortegana.

El Mundo Celta arranca con fuerza, ya que la noche de este miércoles ya incluye en su cartel al grupo bretón Gwendal, pero también se espera con ganas a La Bottine Souriante, de Canadá, o la emblemática formación gallega Milladoiro.

En la jornada de despedida, en la mañana del domingo, el Desfile das Nacións Celtas, pero queda tiempo hasta entonces, días en los que exposiciones, pasacalles o talleres llenan calles, plazas y algunos de sus inmuebles con más historia.

La apertura ha contado este miércoles con una destacada representación institucional, caso del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, o del máximo responsable de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso, cuya llegada a Ortigueira ha coincidido con el aluvión de espectadores dispuestos a empaparse de música.