Guillermo Cabellos/Lara Malvesi/Sergio Andreu
Barcelona, 13 jun (EFE).- Hay conciertos que justifican un festival por sí solos, y la presentación de ‘Ama’, primer trabajo en solitario de Maria Arnal este viernes en Sónar es uno de ellos, un arrebatador show vocal, en una jornada vibrante y reivindicativa en donde la libertad para el pueblo palestino ha estado sobre los escenarios.
La cantante y compositora ha comenzado su esperada vuelta al Sónar, que cerraba la jornada diurna, con un extenso comunicado en la pantalla del escenario Hall en el que condenaba el genocidio del pueblo palestino y en el que criticaba «la irrupción» del fondo KKR en festivales como el barcelonés, que ha provocado el boicot de una cuarentena de artistas, y en el que ha abogado por «imaginar» modelos financieros «más éticos» para estos certámenes.
Era muy esperada, la «reinvención» de Maria Arnal tras su exitosa etapa con Marcel Bagés como pareja artística, cuatro años en los que esta creadora total ha dado rienda a su vena más osada e investigadora, que ha servido de cimientos a ‘Ama’, un delirio de potencia vocal, polifonía de su propia garganta, multiplicada por la IA, demostración de que la tecnología no es el enemigo.
Acompañada de un cuerpo de cinco bailarinas de «La Veronal», a Arnal se la veía radiante cuando ha comenzado a desgranar los temas de ‘Ama’: el primero ‘Madrigal’, en catalán y contundente, al que ha seguido la homónima ‘Ama’, que combina sonidos tribales y bases electrónicas, la delicada nana de aires japoneses ‘Carta’ o la conexión folk de ‘Pellizco’…
Pop anticonvencional y a contracorriente, en el que sabe jugar con su voz y con la repetición de las palabras, temas que entroncan con sus primeros trabajos ‘Que me quiten’ o de profundidad jonda como en ‘Por tus penas’, todo pura emoción.
Cuando ha aparecido una pancarta que impedía ver parte del escenario, Arnal ha contestado ‘Visca’ al grito de ‘Visca Palestina’ que le ha llegado desde el público, un momento de conexión que ha ido ‘in crescendo’ con ‘Xiqueta meua’, para la que ha contado con la «ayuda» de la guitarra de Yerai Cortes y La Tania.
Pero ha sido la estremecedora puesta en escena de ‘Ventanita al cielo’, un haz de luz vertical del que surgían los cuerpos y las voces de Arnal y de las bailarinas como si fuera el fondo de un estanque, el que ha provocado que el público mantuviera la respiración y fuera consciente de que estaba en uno de esos momentos que animan a decir: «yo estuve allí’.
Con la «metronómica» ‘Tic Tac’, la badalonesa ha cerrado un concierto que va directo al archivo de joyas del Sónar (que tiene unas cuantas), pero no sin antes coger la pancarta pro palestina mientras en la pantalla se leía: «Free Palestine» y dar las gracias jadeando por el esfuerzo escénico titánico que exige su ‘Ama’.
La jornada del viernes ha estado marcado también por las misas oficiadas por El Niño de Elche y Tarta Relena, en una tarde repleta de otros gestos reivindicativos hacia Palestina.
Así, el primero en aparecerse este viernes en Fira de Montjuïc ha sido el cantaor Paco Contreras, conocido como El Niño de Elche, quien junto al productor Raül Refree ha presentado su nuevo proyecto ‘cru+es’.
Ambos artistas han ofrecido una suerte de misa, con cantos, salmos y algunos poemas de Ernesto Cardenal, en al que el cante del ilicitano se ha mezclado con la electrónica del catalán.
Así, la reverberación de las ondas ha quedado atrapada en el auditorio, como si rebotara contra los gruesos muros de una iglesia románica, amalgama de brillantez futurista y peso del pasado, que la voz de Contreras ha cargado con una larga oración en latín.
El rito de tarde en el Sónar ha seguido con el insólito dúo vocal experimental catalán Tarta Relena, una fantasía musical capaz de combinar el folk con la electrónica.
Estas virtuosas de las armonías y el beat han retado a salir de su zona de confort con sus temas al público del Sónar, que no por más acostumbrado a lo novedoso ha dejado de sorprenderse.
Los temas de ‘És pregunta’, su último álbum, han sumergido al espectador con sus juegos vocales y el repaso por la tradición musical popular mediterránea, por un viaje tan desconocido como disfrutable.
Además, Torrella y Ros no han dejado pasar la oportunidad de condenar «el genocidio en Palestina» y reivindicar que la polémica alrededor del fondo de inversión KKR tiene que servir para reflexionar sobre «qué modelo de cultura se quiere».
El nombre de Ryuichi Sakamoto podría sintetizar muy bien el espíritu de innovación creativa que el festival Sónar ha perseguido en sus tres décadas de vida, un maestro fallecido en 2023 que requería un tributo musical como el que le han dedicado los veteranos Alva Noto y Fennesz.
El músico alemán Carsten Nicolai (Alva Noto) y el productor y guitarrista vienés Christian Fennesz, habituales del festival, han creado para este homenaje, de admiración compartida, la pieza ‘Continuum’ una hipnótica suite ambiental que ha aprovechado la solemnidad del escenario Hall, con sus largas cortinas rojas, para recordar al creador japonés. EFE
lmi/saf/gcm/plv
1012172
(vídeo) (foto)
