Nerea González
París, 12 jun (EFE).- La física argentina María Teresa Dova, profesora de la Universidad Nacional de La Plata e investigadora del CONICET, avisó este jueves en París, donde recibirá un Premio L’Oréal-Unesco para la mujeres en la ciencia, de que si se destruye la capacidad científica de Argentina será muy difícil volver a los grandes proyectos mundiales.
«Es un momento difícil, ciertamente. Nos costó muchísimas décadas generar estos nuevos proyectos con alcance internacional», reflexionó Dova (Alberti, provincia de Buenos Aires, 1959) al ser consultada, en una entrevista con EFE, sobre el malestar de la comunidad científica argentina por los ajustes del Gobierno del presidente Javier Milei.
«Si esta situación continúa, obviamente van a estar sumamente afectadas nuestras capacidades de educación, nuestras capacidades de investigación. Y después eso sería muy difícil volver a retomar y llegar al punto en el que estamos hoy. Realmente deseo que haya un cambio de rumbo», expresó esta física, que fue una de las figuras involucradas en el hallazgo y la caracterización del bosón de Higgs.
Desde París, esta científica mundialmente reconocida en el campo de la física experimental de altas energías señaló que, aun entendiendo que haya recortes por la «compleja» situación económica argentina, para la ciencia es imprescindible que haya un «apoyo sostenido» y cierta «previsibilidad» para planear.
También para retener talento, incidió Dova, ya que cuando «se pierde el apoyo a la ciencia», como también ocurre en otros países, «los jóvenes buscan salir» a otros lugares.
«Es importantísimo -consideró- reconocer que el progreso de toda sociedad moderna está ligada al desarrollo de la ciencia. Y, sobre todo, entender que realmente la ciencia no es un gasto, es inversión a futuro».
Inspirar a los jóvenes y a las mujeres
Para Dova, ha sido «un honor» ser la elegida de Latinoamérica y el Caribe en la edición 2025 de los Premios Internacionales para la Mujer en la Ciencia que entregan cada año la Fundación L’Oréal y la Unesco.
Junto a ella recogerán el galardón este jueves en la sede de la Unesco la matemática china Wang Xiaoyun, la física alemana Claudia Felser y la química atmosférica estadounidense Barbara Finlayson-Pitts.
«La ciencia es para todo el mundo y ojalá está visibilidad inspire, sobre todo en Latinoamérica, a jóvenes que quieran seguir una carrera científica (…) Yo les prometo que el mover la frontera del conocimiento es una de las actividades más gratificantes que uno puede hacer», afirma Dova.
En particular es un mensaje para las mujeres, ya que en su campo apenas hay científicas. Y a nivel global, solo uno de cada tres investigadores es mujer.
Esa disparidad, apunta Dova, es un problema «multidimensional» que tiene sus raíces en una sociedad que no promueve esa clase de vocaciones femeninas.
«La ciencia es hacerse preguntas -recalca- y obviamente vas a tener mucho mejores preguntas si en lugar de tener una comunidad uniforme, tenés una comunidad diversa».
Ella misma, en su juventud, no era consciente de su vocación, ya que en el pequeño Alberti la gente elegía carreras como abogacía, arquitectura, medicina o ingeniería.
«Para mí era como parte del mundo de la ciencia ficción», explica.
Sí recuerda que ya en la escuela le apasionaban las materias de física y matemáticas y que en las partituras de Bach, cuando tocaba el piano, buscaba las fórmulas y patrones que daban lugar a la obra. Eso es algo que también hace ahora desde su rama de la física.
«Se trata -describe- de entender de qué estamos hechos y cómo funciona el universo. Y para esto tenemos que estudiar cuáles son las partículas elementales que forman la materia del universo y cuáles son las fuerzas que hacen que esas partículas se puedan formar, que se puedan unir para formar átomos y moléculas, planetas, nosotros y todo el universo».
Dova se graduó en La Plata, pero obtuvo una beca posdoctoral para estudiar en la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en 1989.
En los noventa, de regreso en Argentina buscó generar una comunidad local de investigadores en física experimental de altas energías, tomó parte en la creación del Observatorio Pierre Auger y, en 2006, lideró la participación argentina en el Experimento ATLAS, que es uno de los detectores de partículas del acelerador del CERN.
«Esto nos dio la posibilidad de contribuir al histórico descubrimiento del bosón de Higgs», detalla la profesora de la UNLP.
No es una partícula más, añade, ya que sus «características únicas» son las que permiten «entender el mecanismo por el que todas las partículas adquirieron masa fracciones de segundo después del ‘big bang’, dando forma a nuestro universo». Y eso se logró gracias a ella y a decenas de científicos investigando durante décadas. EFE
