María Valverde y Bruna Cusí, estrellas de una ‘road movie’ que aborda violencia doméstica

Fotograma cedido por American Entertainment Marketing (AEM) de las actrices Bruna Cusí (i) como Miquela y María Valverde como Aroa, durante una escena de la película 'Todo lo que no vemos' del venezolano Alberto Arvelo. EFE/ American Entertainment Marketing

Nueva York, 7 jun (EFE).- Las actrices españolas María Valverde y Bruna Cusí son las estrellas de ‘Todo lo que no vemos’, una ‘road movie’ dirigida por el venezolano Alberto Arvelo que se estrena mañana domingo en el festival de Tribeca y aborda las tragedias invisibles de la violencia doméstica.

Las dos ganadoras del Goya interpretan a dos mujeres que «han sido vulneradas o por su pareja o familiarmente, por hombres, básicamente, y encuentran un lugar de refugio» donde «estando juntas pueden estar seguras», cuenta en entrevista con EFE el cineasta, también ganador del máximo premio del cine español.

La historia se originó en una reunión casi familiar, una noche de eclipse en plena pandemia de covid-19, entre Arvelo y su esposa, Gabriela Camejo, productora de la película, junto a Valverde y su esposo, el músico Gustavo Dudamel, quien compone la banda sonora.

Fue un momento en el que todos se pusieron a soñar: «Soñábamos cómo queríamos trabajar: nació de la necesidad vital que tenemos en lo laboral; eso que nos falta en muchos proyectos, que es crear esa comunidad y ser dueños del proyecto que estamos haciendo», explica Valverde.

En paralelo, el grupo era consciente de las estadísticas «desgarradoras de cómo la pandemia había exacerbado los casos de violencia doméstica» en todo el mundo y pensaron en las «tragedias que ocurrían detrás de las puertas» y que nadie veía ni narraba, agrega Arvelo.

En la cinta, Aroa (Valverde), que procede de un entorno familiar abusivo en Navarra, conoce a Miquela (Cusí), que va a irse de viaje por carretera a Portugal, y se embarca con ella en una huida que da lugar a ese espacio femenino seguro en el que ambas pueden explorar sus heridas.

El vínculo entre ambos personajes, asegura Cusí, lo construyeron «de forma sutil a lo largo de muchos meses», aportando su propia experiencia como mujeres y actrices, hasta el punto en que estaban «tan metidas» en el papel que algunos diálogos están improvisados, relatan.

Tanto las actrices como el director destacaron como un acierto la decisión de trabajar con un equipo muy reducido, de 17 personas, que viajó como una «caravana nómada» durante el rodaje y creó un ambiente «colaborativo» clave, según Arvelo, para «volver a la base» del cine.

«El cine es un arte pero también una industria y, a veces, se va llenando de cosas no del todo necesarias», explica el cineasta, que considera un «milagro creativo» su nueva obra, porque tiene que darse una «historia que lo permita», junto con «gente muy comprometida» y «de muy alto nivel».

Arvelo se declara emocionado por la «conmovedora» carta de aceptación de Tribeca, festival al que «siempre había querido ir», y la considera una «validación» de las «tesituras muy delicadas» en las que se mueve la película, en las que destaca el papel de la «maravillosa música» de Dudamel.

«En una película que se llama ‘Todo lo que no vemos’, todo lo que se escucha es muy importante», apostilla.

Su llegada a este escaparate internacional de Nueva York confirma que «esta forma de hacer cine es posible», dice Cusí, a lo que Valverde añade que «te hace creer que lo que hacemos tiene un propósito», mientras que Arvelo adelanta: «Vamos a mostrar una cosa muy potente».