Julio César Rivas
Toronto (Canadá), 17 sep (EFE).- El primer ministro de Canadá, Mark Carney, viaja el jueves a México para reunirse con la presidenta Claudia Sheinbaum e intentar reparar las relaciones bilaterales, tensadas en el último año con su socio mexicano, en medio de la ofensiva arancelaria del presidente estadounidense, Donald Trump, contra sus dos socios del T-MEC.
La visita de dos días de Carney se produce después de que Sheinbaum viajara en junio a Canadá para participar en la Cumbre del G7 celebrada en Kananaskis y en medio del conflicto arancelario desatado por el presidente estadounidense, Donald Trump, y que afecta especialmente a sus dos socios norteamericanos.
Oficialmente, las conversaciones del mandatario canadiense con Sheinbaum se centrarán en «seguridad, infraestructura, inversiones, energía y comercio», lo que permitirá profundizar «la asociación entre Canadá y México» y reforzar «la prosperidad norteamericana».
La revisión del tratado de comercio de América del Norte, T-MEC, que los tres países tienen que realizar en 2026, será uno de los principales temas específicos de conversación y se espera que tras la reunión, los dos países emitan un comunicado en apoyo de inversiones mutuas y otros temas de interés común.
La profesora de ciencia política de la Universidad Carleton de Ottawa, y especialista en Latinoamérica, Laura Macdonald, declaró a EFE que el viaje de Carney se enmarca en la «agenda más amplia que Canadá ha adoptado a raíz del impacto de las políticas de Trump sobre aranceles».
En este sentido, desde que llegó al poder en abril de este año, Carney ha desplegado una fuerte actividad diplomática con Europa para intentar diversificar el comercio canadiense que en estos momentos depende en gran manera de Estados Unidos, el destino del 76 % de sus exportaciones.
Pero Macdonald también señaló que Carney va a México para «intentar reparar las relaciones con México, que han estado un poco tensas, especialmente en el último año, y establecer una relación más sólida con la nueva presidenta, Claudia Sheinbaum».
La politóloga se refiere a las declaraciones realizadas a finales de 2024 y principios de 2025 por destacados políticos regionales canadienses que defendían expulsar a México del T-MEC para evitar que Trump impusiera aranceles al país.
Incluso el entonces primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y su viceprimera ministra, Chrystia Freeland, parecieron respaldar declaraciones como la del jefe del Gobierno de la provincia de Ontario, Doug Ford, que declaró: «Compararnos con México es lo más insultante que he oído de nuestros amigos y estrechos aliados, los Estados Unidos».
Macdonald explicó que se quedó «sorprendida» cuando oyó los comentarios.
«Fue muy desalentador. Después de tantos años compartiendo el mismo acuerdo comercial, que el Gobierno canadiense siquiera contemplara estar mejor sin México me pareció indignante», afirmó.
«Muestra que el Gobierno canadiense y otros actores importantes no han invertido tiempo ni energía en entender a México, ni en comprender lo profundamente ofensivos que resultaban esos comentarios», añadió.
Ahora que Canadá está sintiendo los efectos de los aranceles en su economía, el Gobierno no se puede permitir crear más problemas en sus relaciones comerciales y políticas.
A consecuencia de la guerra arancelaria con EE.UU., la economía canadiense se contrajo en el segundo trimestre un 0,4 % y el paro aumentó al 7,1 % en agosto (su nivel más alto desde agosto de 2021).
Los expertos coinciden en señalar que hasta que Canadá consiga realmente diversificar su comercio, Ottawa necesita que el T-MEC siga en marcha y funcione como lo ha estado haciendo hasta ahora, y que por ello le conviene mantener una buena relación con las autoridades mexicanas.
Macdonald cree que Carney dará pequeños pasos para reparar la relación.
«Carney es pragmático, y Sheinbaum también. No creo que ninguno de los dos alimente resentimientos: saben que necesitan trabajar juntos», dijo.
Y la «situación de emergencia» que ha causado Trump con sus políticas, les unirá, añadió.
«Ambos quieren una revisión rápida, sin cambios importantes, y comparten posiciones fuertes, por ejemplo, sobre las reglas de origen en el sector automotriz. Puede haber diferencias menores, pero en lo fundamental tienen mucho en común», explicó la académica.
Lo que Macdonald ve más difícil es que al menos mientras Trump ocupe la Casa Blanca se celebre una nueva cumbre de los Tres Amigos (México, Canadá, EE.UU.) como la que se tenía que haber celebrado en 2024 y que Ottawa nunca convocó en parte por las malas relaciones entre Andrés Manuel López Obrador y Justin Trudeau.
«No creo que se lograra mucho en una cumbre trilateral con esta administración estadounidense. Los tres líderes comparten poco en términos de valores o compromisos. Incluso podría ser contraproducente si Trump lo utiliza para humillarlos», concluyó.