León, 8 oct (EFE).- La atleta Marta García, nacida en León aunque afincada en Palencia, ha reconocido que en el mundial de Tokio, donde se despidió con una brillante séptima plaza en la prueba de 5.000 metros, se quedó «con ganas de más» porque terminó «fresca la temporada», con lo que «podría haber exprimido un poco más el estado de forma».
García apura sus últimos días de descanso activo, también de desconexión en sus raíces castellano y leonesas, Palencia y León, antes de retomar el trabajo, «de manera progresiva», afirma en declaraciones a EFE, a las órdenes del técnico alemán Thomas Dreissigacker, que desde octubre de 2022 marca su camino después de los importantes años de formación con Uriel Reguero en la capital vallisoletana.
Dentro del equipo On Atlétic (OAC), en el que ya se integró a comienzos de 2022, ha ido creciendo exponencialmente hasta convertirse en una de las fondistas españolas más reputadas y que pueden codearse con la elite internacional, fundamentalmente en el plano europeo, pero cada vez más afianzada también a nivel mundial.
Los resultados son indiscutibles para que, después de un trienio, la atleta castellano y leonesa tenga muy claro que tomó el camino adecuado hacia su «profesionalización» dentro del atletismo, aparcando, de momento, su otra vocación con la salud y la medicina donde completó su formación.
Cada vez más cerca de las mejores
El balance de la última temporada no duda en calificarlo de «muy positivo», con pocos peros que ponerle, si acaso, recuerda, el campeonato de España en pista cubierta, donde fue superada por otra atleta emergente de la Comunidad como la segoviana Águeda Marqués, pero que le sirvió para, afirma, «ser capaz de ser competitiva también en circunstancias de preparación menos favorables».
A pesar de reconocer algunos «altibajos» a lo largo de la campaña invernal y estival, valora el haber sido capaz de «salir más fuerte de los momentos bajos» y continuar haciendo historia con un nuevo registro nacional en los 5.000 metros que le colocaban por encima de otros grandes nombres del atletismo femenino español.
«Fue una marca que me acercaba a la elite mundial y cerraba un pequeño hueco que todavía sigue existiendo con las mejores atletas, aunque veo que voy en progresión y eso siempre alimenta las ganas de seguir trabajando porque la línea es la adecuada», sentencia.
Sin ninguna duda considera que el mejor logro de 2025 fue la plaza de finalista -séptima- en el mundial absoluto, donde también se quitó una pequeña espinita que tenía pendiente tras su ausencia en el anterior y que además suponía dar el mejor rendimiento en el objetivo prioritario de la temporada.
«Me veo creciendo y eso es muy positivo, aunque lógicamente ahora cada paso cueste más y con margen de mejora en todos los aspectos, después de haber mejorado mucho en el mental», señala la atleta del OAC que también tiene claro que sus rivales ya le miran con recelo y respeto «porque es cierto que, frente a las africanas, ahora me veo en el grupo de las que también son capaces de sacar pecho», recalca.
De momento tiene que definir con su entrenador cuáles serán los objetivos de la próxima temporada, todavía incipiente en la preparación, aunque mantendrá la rutina de los últimos años que le ha conducido al éxito y a disfrutar también de una salud ante la falta de contratiempos físicos.
Por ello, repetirá las experiencias en las concentraciones a lo largo del año y en diferentes épocas en altura, tanto en terreno europeo, en Saintk Moritz, en los alpes suizos, como también en la lejana Sudáfrica, en las instalaciones de Dullstroom.
Fernando Pérez Soto