Elche (Alicante), 3 jun (EFE).- Más de media plantilla del Elche, que este domingo certificó su ascenso a Primera División, además de su entrenador, Eder Sarabia, finalizan contrato con la entidad ilicitana el próximo 30 de junio, por lo que su continuidad en el proyecto no está garantizada.
El club, a través de su propietario, Christian Bragarnik, admitió durante las celebraciones por el ascenso que uno de los objetivos de la entidad ilicitana es asegurar la continuidad del técnico y del capitán, Josan Ferrández, por lo que ya se han iniciado contactos para su renovación.
Además del canterano, otros doce jugadores concluyen su vinculación laboral. Entre ellos, figuran los dos porteros del primer equipo, Miguel San Román y Matías Dituro, el menos goleado de la competición, así como los defensores Álex Martín, Mario Gaspar y José Salinas también apuran sus últimos días de contrato.
El caso más especial es el de Salinas, jugador formado en la cantera que rechazó la oferta de renovación presentada por el Elche y cuyo futuro apunta al Espanyol.
Pedro Bigas también acaba contrato en junio, pero tiene una cláusula de renovación por alcanzar un número de partidos que ha superado ampliamente, si bien el club aún no ha hecho oficial su continuidad.
El centrocampista Gerard Hernández, con escaso protagonismo, volverá a su club de origen, el Villarreal. Al Las Palmas regresarán el delantero Sory Kaba y el extremo Pejiño tras sus respectivas cesiones, así como el uruguayo Agustín Álvarez, a préstamo durante el curso por parte del Sassuolo.
Germán Valera, refuerzo del mercado invernal, está cedido por el Valencia, aunque el club ilicitano no oculta su deseo de adquirir al jugador en propiedad. Los delanteros Óscar Plano y Elbasan Rashani también finalizan contrato en junio.
Además de estas posibles salidas, el club también está pendiente de la continuidad de Nico Fernández Mercau.
El jugador argentino, con dos años más de contrato, ya tuvo una oferta importante en el mercado de invierno, cifrada en más de 8 millones de euros por el propietario del Elche, Christian Bragarnik, que no accedió a negociar la salida del jugador.
Sin embargo, recientemente admitió que iba a ser difícil retener al futbolista la próxima temporada, si bien el reciente ascenso a Primera puede haber cambiado la situación.