Mazón pide a la UE “acciones firmes” contra los aranceles de Estados Unidos

El president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón durante un pleno en el Comité Europeo de las Regiones (CdR) celebrado este jueves en Bruselas donde ha pedido a la Unión Europea (UE) "acciones firmes" contra los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 
EFE/ Quentín Bruno

Bruselas, 3 abr (EFE).- El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, pidió este jueves a la Unión Europea (UE) “acciones firmes” contra los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

En un pleno del Comité Europeo de las Regiones (CdR), Mazón urgió a los Veintisiete a adoptar “un mensaje claro” contra esas “barreras injustificadas” de Estados Unidos.

“El contexto actual nos obliga a que prestemos especial atención al impacto de los aranceles estadounidenses, que esta misma mañana hemos conocido, sobre productos agrícolas como el vino, licores, pastas, lácteos o el aceite de oliva”, dijo Mazón.

En ese contexto, solicitó “acciones firmes contra estas barreras injustificadas al comercio libre y justo”.

“Debemos proteger a empresas, trabajadores y consumidores de unos aranceles injustificados”, subrayó Mazón.

El presidente de la Generalitat fue ponente de un dictamen aprobado por mayoría en el pleno del Comité Europeo de las Regiones (CdR) que aboga por un comercio justo y una agricultura resiliente y por medidas para mejorar la competitividad del sector agrícola y evitar la competencia desleal de los productos importados.

En ese documento se pide la introducción de las llamadas “cláusulas espejo” en los acuerdos comerciales para que las importaciones agroalimentarias procedentes de terceros países compitan en igualdad de condiciones.

En la presentación del dictamen, el político español pidió un “enfoque global” para responder a tres desafíos del sector: las “prácticas comerciales desleales que se siguen produciendo” y que sitúan a agricultura en situación de “clara desventaja”, el hecho de que el mercado sea “sensible” a cambios geopolíticos o demográficos y el “calentamiento global”.

Y reclamó “más equidad”, con unos acuerdos que sean “equitativos y mutuamente beneficiosos” y “cláusulas espejo” para que los productos importados cumplan “los mismos estándares que los europeos”.

El dictamen también pide “prestar especial atención al impacto potencial” de esos aranceles en productos agrícolas “como el vino, los productos lácteos y el aceite de oliva”.

Y pide la adopción de “medidas fuertes contra estos obstáculos injustificados al comercio libre y justo”.

Subraya la necesidad de una política comercial europea “ambiciosa, sólida, abierta y sostenible que abra los mercados de terceros países a las empresas de la UE, evitando al mismo tiempo la competencia desleal de los productos importados”.

Sobre las “cláusulas espejo” en los acuerdos comerciales actuales y futuros, explica que son necesarias para armonizar las normas de importación en el ámbito medioambiental, fitosanitario, garantizando unas condiciones de competencia equitativas para los productores europeos.

También propone controles más estrictos de sustancias no autorizadas y una mayor colaboración en la investigación sobre la prevención de plagas y enfermedades, así como la revisión de la normativa para proteger mejor los cultivos sensibles.

Por otra parte, el texto destaca la importancia de la transparencia de la cadena de suministro alimentario y la protección del consumidor y recomienda la aplicación de una tecnología que permita certificar y verificar la trazabilidad de los productos y prácticas agrícolas y alimentarias, tanto dentro de la UE como en terceros países.

Las regiones creen que estas medidas ayudarían a reforzar la confianza de los consumidores y que salvaguardarían la integridad del mercado único.

Por último, para mejorar la competitividad, el CDR aboga por la armonización de las políticas comerciales con los objetivos climáticos, la priorización del relevo generacional en la agricultura, la garantía de precios y condiciones más justos para los productores, normas simplificadas y más flexibles, y la modernización y la innovación.