Madrid, 11 may (EFE).- El idilio de Kylian Mbappé con Barcelona, ciudad en la que ha marcado ocho goles en tres visitas. La mejor primera temporada goleadora en la historia de un jugador del Real Madrid, 39 goles. Un triplete, con dos goles tempraneros que por momentos resucitaron LaLiga. Nada fue suficiente en un triste epílogo del ciclo de Carlo Ancelotti.

No falló, una vez más, Mbappé en la Ciudad Condal. En sus dos visitas con el PSG, en la Liga de Campeones, había dejado dos exhibiciones con goleadas a su favor (1-4). Un triplete en su primera aparición estelar. Un doblete en la segunda. Las esperanzas madridistas pasaban por la pegada del delantero francés. Él no falló. Muchos de sus compañeros, con una defensa endeble, sí.
El Clásico fue por momentos Mbappé contra el Barça desatado de Hansi Flick. De golpe, el francés levantó el ánimo alicaído del madridismo tras perder los tres clásicos del curso. A los 5 minutos estaba rápido para aprovechar el error de Pau Cubarsí. Derribado por Szczęsny y enterrando el debate del lanzador. El primero ya no es Vinícius tras su último fallo y Kylian ajustó su disparo, a la derecha del portero del Barcelona, que pese a adivinar la intención no llegó a tocar el esférico.
El plan de partido de Ancelotti se plasmaba en transiciones que habían sido trabajadas toda la semana en Valdebebas. Vinícius veía espacio para el pase a la espalda de los centrales y la velocidad de Mbappé hacía el resto. Mano a mano con Szczęsny, sencilla definición de diestra y 0-2 a los 14 minutos.
El desplome madridista quedó representado por una imagen que habló por sí sola. Mbappé recibió un balón de espaldas en el centro del campo, lo piso al ser encimado por un compañero, Dani Ceballos, con el que incluso acabó chocando. El robo de Gerard Martín, la rápida transición con Lucas Vázquez fuera de zona y el 3-2 marcado por Raphinha. El broche a quince minutos de despropósitos defensivos con Ancelotti añorando a sus cinco defensores lesionados.
Sintiendo LaLiga perdida aún le quedó orgullo a Mbappé para devolver la emoción al clásico hasta el último suspiro. Ya con claros síntomas de cansancio, con menos explosividad, marcó el 4-3 tras otra asistencia de Vinícius, el día de mayor generosidad del brasileño con su compañero, e incluso tuvo el 4-4 con un disparo cruzado que se marchó cerca del poste.
De nada sirvió al Real Madrid la exhibición de Mbappé que volvió a vivir un día amargo con su nuevo club en su primera temporada. Otro título grande que se le escapa pese a su gran aportación. El día que dio un golpe a la pelea por ser máximo goleador de LaLiga EA Sports.
Con Robert Lewandowski en el banquillo viendo como superaba sus 25 tantos, para pasar a liderar Kylian con 27 en 31 partidos ligueros. Autor de cinco goles en las dos últimas jornadas en las que intentó que la pelea del Real Madrid por el título se extendiese hasta el final.
De poco le sirvió ser tras Santiago Bernabéu, Balaunde, Lazcano, Pruden, Narro, Pahiño, Narro, Puskás, Amancio, Zamorano, Benzema y Vinícius el nuevo jugador en la historia del Real Madrid que marca un triplete al Barcelona. El octavo en Liga, 30 años después de que lo hiciese el chileno Iván Zamorano. Un registro que no logró el devorador del gol del club blanco, el portugués Cristiano Ronaldo.
A ambos ha superado Mbappé para marcar un nuevo techo goleador a cualquier 9 que aterrice en el Real Madrid después de él. Sus 39 goles en 53 partidos en una temporada en la que aún restan tres jornadas de Liga y un Mundial de Clubes para ensanchar su récord. Sobrepasando en Montjuic los 37 goles en 45 partidos de Zamorano en la temporada 1992-93, tras dejar antes atrás los 33 en 35 encuentros de Cristiano en la 2009-10.
Los seis tantos marcados con el PSG al Barcelona y los cinco que ha logrado este curso con el Real Madrid, convierten al club azulgrana en una de sus víctimas favoritas tras Montpellier, al que endosó 13 tantos, y Metz, al que marcó doce. De nada sirvió el nivel de Mbappé y que haya cumplido las expectativas goleadoras en su primera campaña de blanco. La cuarta derrota en el cuarto clásico de la temporada acelera el final de la segunda etapa de Ancelotti.
Roberto Morales