Redacción deportes, 31 jul (EFE).- Pocas veces una medalla de oro habrá dejado un sabor tan agridulce como el ganado este martes por la canadiense Summer McIntosh en la final de los 200 mariposa de los Mundiales de Singapur, tras quedarse a 18 centésimas del récord del mundo, su objetivo declarado en la ciudad asiática.
Una plusmarca de la que McIntosh, vigente campeona olímpica de la distancia, se quedó a sólo 18 centésimas tras colgarse la medalla de oro, la tercera que la canadiense suma en estos Mundiales, con un tiempo de 2:01.99 minutos.
Récord del mundo que Summer McIntosh pareció tener a su alcance cuando a falta de los últimos 50 metros nada 20 centésimas por debajo del legendario récord del mundo -2:01.81- de la china Zige Liu, vigente desde octubre de 2009, el más antiguo de la natación femenina.
Pero, como reconoció la propia McIntosh, de 18 años, nada más salir de la piscina «perdió el estilo en los últimos 15 metros» y eso le impidió rebajar la plusmarca.
Una pequeña decepción que no impidió a la norteamericana sumar su tercer oro en los 200 mariposa, tras los logrados en 2022 en Budapest y en 2023 en la ciudad japonesa de Fukuoka.
Nadie pudo seguir la estela de Summer McIntosh como atestiguaron los 3 segundos en los que aventajó a la estadounidense Regan Smith, plata con un tiempo de 2:04.99 minutos, y en los más de 4 segundos en que superó a la australiana Elizabeth Dekkers, bronce con un crono de 2:06.12.
Marchand demuestra que también es humano
Tampoco pudo establecer una nueva plusmarca universal el francés Leon Marchand que pareció acusar en la final de los 200 estilos el esfuerzo que hizo veinticuatro horas antes para pulverizar el legendario récord del mundo de Ryan Lochte con unos estratosféricos 1:52.69 minutos.
Una plusmarca de la que Marchand se quedó a 99 centésimas, tras nadar en un tiempo de 1:53.68, un crono que apenas un día antes se habría convertido en el nuevo récord del mundo.
Pero Leon Marchan demostró que también es humano y pese a que durante las dos primeras postas de mariposa y espalda pareció en disposición de amenazar su propio plusmarca acabó sucumbiendo al cansancio.
Circunstancia que no impidió al francés alzarse de la victoria por delante de sus compañeros de entrenamiento, el estadounidense Shaine Casas, que se colgó la plata con un tiempo de 1:54.30, y el húngaro Hubert Kos, bronce con 1:55.34 minutos.
Popovici rubrica su doblete con un nuevo récord de Europa
Quien sí adornó con un récord su victoria en el Arena de Singapur fue el rumano David Popovici, que estableció una nueva plusmarca europea de los 100 libre, tras colgarse la medalla de oro con un tiempo de 46.51 segundos.
Un registro que permitió a Popovici rebajar en 20 centésimas el anterior récord de Europa que él mismo estableció en junio pasado en los Europeos sub-23 disputados en Eslovaquia con un crono de 46.71.
Un ‘mordisco’ que no sirvió, sin embargo, para que el rumano pudiese mejorar el récord del mundo -46.40- del chino Zhanle Pan, del que David Popovici se quedó a 11 centésimas.
Lo que nadie pudo impedir fue que Popovici sumase su segundo oro en estos Mundiales en los que el de Bucarest ya se impuso en los 100 libre y repitiese el doblete que ya logró en 2022 en Budapest.
Un triunfo incontestable, como demostraron los 41 centésimas en las que el rumano aventajó al estadounidense Jack Alexy, plata con un crono de 46.92 segundos, y las 66 en las que superó al australiano Kyle Chalmers, que s colgó el bronce.
Zidi Yu sube el podio con sólo 12 años
Metales que saboreó por primera vez en su carrera la jovencísima nadadora china Zidi Yu, de sólo 12 años, que se colgó la medalla de bronce como integrante del relevo de 4×200 libre.
Pese a que Yu no participó en la final, sí nadó en las preliminares, donde fue la encargada de lanzar al cuarteto chino, por lo que formalmente será medallista en la prueba del relevo largo.
Un podio que Zidi Yu, que no cumplirá los 13 años hasta octubre, ya había rozado hasta en dos ocasiones en estos Mundiales de Singapur tras ser cuarta tanto en los 200 estilos como en los 200 mariposa.
Con esta medalla Yu igualó el récord de precocidad de la danesa Inge Sorensen, que con 12 años y 23 días consiguió la medalla de bronce en la final de los 200 braza en los Juegos Olímpicos de Berlín.
La primera de Yu y la vigésima novena de Ledecky
Si la jovencísima Yu estrenó su palmarés internacional, la estadounidense Katie Ledecky, que con 15 años se proclamó campeona olímpica de los 800 libre en los Juegos de Londres 2012, contabilizó su vigésima novena medalla, 22 de ellas de oro, en unos Campeonatos del Mundo.
Ledecky cerró el relevo estadounidense que se colgó la plata en la final del 4×200 libre, sólo superado por el cuarteto australiano, que se alzó con el triunfo con un tiempo de 7:39.35 minutos, 66 centésimas menos que las nadadoras norteamericanas.
Un resultado del que el equipo de Estados Unidos se resarció con el doblete que firmaron en los 50 espalda Katharine Berkoff, que se colgó el oro con un tiempo de 27.08, y Regan Smith, plata con 27.25 segundos. EFE
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