San Sebastián, 8 ago (EFE).- Medio centenar de migrantes, en su mayoría de Mali, han sido trasladados este viernes en nueve vehículos de la Cruz Roja, desde el barrio de Amara Berri de San Sebastián, donde vivían en la calle desde hace semanas, a un alojamiento en Oñati (Gipuzkoa).
El recurso ha sido habilitado por la Diputación y el Ayuntamiento donostiarra para acogerlos de «manera excepcional» mientras esperan poder iniciar los trámites para solicitar protección internacional, según anunció anoche la institución foral en un comunicado, en el que precisó que adoptaba la medida «ante la falta de recursos y respuesta por parte del Gobierno español» y «la insuficiencia del sistema estatal de acogida».
La operación de traslado, en la que ha colaborado además personal de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado), ha llevado toda la mañana y ha culminado con el embarque ordenado de todos los africanos, con algunas de sus pertenencias, en las furgonetas de la Cruz Roja, que han partido sobre la 13:00 horas de la calle Ferrerías rumbo a una hospedería del complejo del Santuario de Arantzazu, propiedad de la Diputación.
Colchones, sillas y enseres

La mañana ha sido movida para los aproximadamente 50 africanos que han vivido hasta hoy, con colchones, sillas y otros enseres, en los soportales de la plaza de las Cofradías Donostiarras y calles aledañas. Todos son varones, en su mayoría jóvenes y procedentes principalmente de Mali, aunque también hay algunos de Senegal, Costa de Marfil y Nigeria, entre otros países.
Tras el desayuno que, como cada día, les han dado sobre las 9:30 horas varias vecinas de Amara Berri, estas les han comunicado que las instituciones vascas habían habilitado un recurso para que pudieran vivir dignamente, por lo que han comenzado los abrazos y agradecimientos, y las primeras despedidas.
Poco después, se ha conducido a todos al cercano colegio público de Amara Berri, en cuyas instalaciones personal de la Diputación y CEAR de la les ha explicado que iban a ser alojados en condiciones dignas en un recurso del interior de Gipuzkoa, a una hora de distancia en coche.
Después, han regresado a la plaza, donde han conversando hasta su marcha con los vecinos que les han ayudado durante semanas, con los que han entablado una cercana relación y se han despedido con abrazos antes de subir a los vehículos de la Cruz Roja, que han partido en caravana entre aplausos.
80 vecinos solidarios
Según han explicado a EFE varias vecinas, unos 80 donostiarras del barrio han estado desde mediados de junio, organizados en dos grupos de WhatsApp, dando de comer a los migrantes asentados, al tiempo que un grupo ciudadano se ha encargado también de repartir, a éstos y otras personas sin hogar de asentamientos cercanos, más de cien «cenas solidarias».
Los malienses Djgui (25 años) y Lakami (26), y el guineano Telly, entre otros, no han hecho otra cosa que sonreír, agradecer y mostrar como podían su gratitud al vecindario.
En francés o en un precario español, han expresado su satisfacción por el hecho de poder dormir, «al fin», «en una cama de verdad» y ducharse. Además, han manifestado que han estado en «muchos sitios» desde que salieron de sus respectivos países, pero «en ningún sitio» les ha tratado «tan bien» la gente como en San Sebastián.