Rafael Peña
Ceuta, 3 jun (EFE).- La escritora Megan Maxwell, considerada una de las más firmes exponentes de la novela romántica española, ha destacado que este género «ya no se esconde en las estanterías» sino que está «arriba», un género que «siempre ha sido denostado y de segunda categoría» pese a que «es lo que más se vende en el mundo».
«La gente ya ha dicho que lee novela romántica porque les da la gana y que les da igual que uno piense si soy ésto o aquello», ha reflexionado en una entrevista con EFE en Ceuta, donde participa en la Feria del Libro de la ciudad junto a su hija, la también escritora Sandra Miró.
«En tiempos pasados rechazaban mis novelas porque decían que los personajes de las mujeres que creaba tenían demasiado carácter y se lo tenía que rebajar, pero ahora lo que gusta es ese carácter que tienen», explica.
Megan Maxwell (Nuremberg, Alemania, 1965), seudónimo de María del Carmen Rodríguez del Álamo, nunca ha querido rebajar el carácter que siempre la ha acompañado y quizás por eso dice que va «bien, porque la gente, en especial las mujeres, se sienten muy identificadas» con ella.
En su opinión, la clave de su éxito radica en que siempre se ha mantenido firme en sus principios porque cuando mandaba sus novelas a las editoriales le decían que no las publicaban si no rebajaba el carácter ella contestaba que no se las publicaran: «Siempre me he querido sentir orgullosa de ser mujer y si te caes te vuelves a levantar sin que pase nada».
A nivel profesional ha reconocido que está en un buen momento, con 61 libros en el mercado, acaba de salir la película ‘Pídeme lo que quieras’, una serie de televisión y el mes que viene saca un nuevo libro.
De padre estadounidense y madre toledana, ha entendido que esta larga trayectoria se consigue «trabajando muchísimo» porque está sacando tres libros al año y, de momento, puede con ello aunque el año que viene quiere bajar a dos para tener más de tiempo ya que no quiere ser «la más rica del cementerio (risas)».
El «impulso» para escribir tanto lo saca de sus «guerreras y guerreros», como llama a sus lectores. «Me impulsan las ganas que tienen ellos de leer y también las ganas que tengo yo de escribir porque me gusta mucho escribir, de ahí que no me lo tomo como un trabajo sino que hago tres libros al año porque me gusta estar siempre histérica, como yo digo», subraya.
Tiene claro que si fuera por «obligación» su producción literaria no sería tan grande: «Soy la persona más feliz del mundo y tengo claro que si fuera por obligación, como estaba en otros trabajos, y puedo asegurar que no hubiera hecho ni la mitad de lo que he hecho hasta ahora».
Sí reflexiona que en el ámbito de la literatura «te tienes que ir adaptando a los tiempos», por lo que a la juventud le aconseja «que escriban lo que les guste y no que escriban lo que les diga que les tiene que gustar, si quieres ser relativamente feliz debes ser tu mismo».
Libros al cine
Ha valorado que la saga de su obra más famosa, ‘Pídeme lo que quieras’, haya acabado en el cine. «Ha sido un subidón y, de hecho, el día que me dijeron pensaba que me estaban tomando el pelo, pero luego estuve en el rodaje y vi todo me lo creí. Ha sido como un sueño hecho realidad porque el 95 por ciento de los escritores piensan que les encantaría ver sus libros en la gran pantalla o en la televisión».
«Ver a tus personajes -ha continuado- que salen de mi mente, que creé con un perfil determinado de pronto están delante mía, hablando y creando mi historia, con lo cual he disfrutado mucho tanto la película como la serie».
Ganadora de más de una docena de premios, entre ellos el Premio Internacional Seseña de Novela Romántica (2010), ha destacado que la novela romántica tiene en España «una salud maravillosa por la cantidad de escritores y escritoras que había, que hay y que están por salir».