Melilla, 24 jun (EFE).- La noche de San Juan, una de las festividades de mayor tradición en Melilla, ha congregado a última hora de este lunes a miles de personas en la playa para disfrutar de la noche más corta del año, en la que este año la hoguera oficial ha estado protagonizada por los aranceles de Trump y su guerra comercial con China.
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda, acompañado por varios miembros de su Gobierno, ha acudido a la playa de San Lorenzo, junto a la desembocadura del Río de Oro, donde se ha llevado a cabo la quema de la hoguera, a la que han seguido unos coloridos fuegos artificiales en la bahía melillense.
El conjunto escultórico reduciéndose a cenizas por el fuego ha puesto final a una jornada de moragas en la ciudad autónoma, donde se celebra un tradicional concurso al que este año se han presentado siete obras de diferentes entidades, cuyos premios han sido entregados poco antes de la quema de la hoguera oficial.
Acto seguido ha tenido lugar el espectáculo pirotécnico con un espectacular despliegue de fuegos artificiales que han iluminado el cielo sobre el mar, donde miles de melillenses de todas las edades ya estaban en la orilla para seguir el ritual de pedir un deseo, mojarse los pies y quemar lo que se quiere dejar atrás definitivamente.
El Gobierno local ha subrayado lo que significa la noche de San Juan en Melilla, “una de las festividades más emblemáticas y tradicionales” del calendario local y “una noche mágica en la que el fuego, la tradición y la convivencia se dan cita para dar la bienvenida al verano con ilusión y esperanza”.
Asimismo, ha hecho un llamamiento al civismo en las playas, donde se ha reforzado la seguridad y el operativo de limpieza para evitar que esta noche de fiesta cause daños y destrozos en el litoral melillense.
