Roma, 29 abr (EFE).- La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, aseguró este martes que la cooperación migratoria entre Italia y Turquía “funciona muy bien”, pues estos años se han reducido de forma sustancial las salidas de migrantes irregulares desde las costas turcas, en una rueda de prensa con el presidente Recep Tayip Erdogan.
“Tengo que decir que la cooperación en ámbito migratorio está funcionando muy bien”, y “ha llevado estos años a la sustancial eliminación de salidas de migrantes irregulares” desde Turquía, dijo Meloni, tras reunirse con Erdogan en el marco de la cumbre bilateral entre los dos países celebrada este martes.
Meloni, que tiene la lucha contra la migración irregular como uno de sus principales caballos de batalla, expresó así su agradecimiento sobre esta cuestión: “Tenemos la intención de seguir trabajando en esta dirección”, agregó.
En su encuentro con Erdoganse abordaron otros asuntos como “la lucha contra las organizaciones criminales, el terrorismo y el tráfico de personas”, ámbitos en los que Italia y Turquía también quieren “profundizar cada vez más su cooperación”, según concretó.
“Consideramos esencial que no se produzcan retrocesos en la lucha contra el terrorismo, ámbito en el que, entre otros, Italia y Turquía pretenden reforzar su ya muy eficaz cooperación”, aseguró Meloni.
Durante su reunión, también se trató la situación de Libia, país al que llegan miles de migrantes irregulares africanos y en el que tanto Turquía como Italia tienen peso e influencia.
“Tuvimos la oportunidad de discutir el presente y el futuro de Libia, renovando nuestro compromiso común con su plena estabilización a través de la mediación de las Naciones Unidas”, remarcó Meloni.
Para el Gobierno italiano, mantener la estabilidad en Libia es clave, ya que es uno de los países del norte de África de donde zarpan muchos migrantes irregulares que buscan llegar a Italia por la ruta del Mediterráneo.
Entre las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Meloni para frenar la migración irregular figura una creciente cooperación con las autoridades libias, a las que organizaciones internacionales acusan de vulnerar los derechos humanos de los migrantes.