Roma, 3 jun (EFE).- La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y el presidente francés, Emmanuel Macron, mostraron este martes su compromiso por «una Europa más soberana», además de su «inquebrantable» apoyo a Ucrania, tras más de cuatro horas reunidos en Roma y después de meses de marcadas diferencias entre ambos líderes.

«Italia y Francia, fieles a su papel de naciones fundadoras del proyecto europeo, tienen la intención de reforzar su compromiso conjunto por una Europa más soberana, más fuerte y más próspera, orientada ante todo hacia la paz y capaz de defender sus propios intereses y de proteger a sus ciudadanos», se indica en el comunicado conjunto emitido al término de la reunión.

El largo encuentro, que había sido calificado en Italia como ‘la cumbre del deshielo’, llega tras los desencuentros de los últimos meses por cuestiones como el envío de tropas a Ucrania o la cercanía de Meloni al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un momento crucial para la Unión Europea (UE).
«Más de tres años después del inicio de la agresión rusa y tras el diálogo entre Ucrania y Rusia en Estambul, el apoyo inquebrantable y sin vacilaciones de Francia e Italia a Ucrania es aún más necesario para alcanzar una solución justa y duradera», se indica sobre el conflicto ucraniano, sin entrar en detalles sobre un posible alto el fuego o las garantías de un posible acuerdo de paz.
Sí especifican que el apoyo a Ucrania «implica, al mismo tiempo, un ambicioso cambio de escala en la defensa europea, tanto en términos de inversión como de apoyo a la base industrial y tecnológica de defensa europea».
Además de Ucrania, los dos líderes europeos también abordaron «otras cuestiones relevantes para la seguridad europea, en particular en Oriente Medio y Libia, y de coordinar sus posturas en cuanto a las relaciones transatlánticas, así como sobre la seguridad económica y comercial de la Unión Europea».
Condenados a entenderse como grandes potencias de la Unión Europea (UE) y tras meses de diferencias que han enfriado la relación bilateral, Meloni y Macron ya mostraron una mayor sintonía al inicio del encuentro e intercambiaron besos y sonrisas cuando el mandatario fue recibido con un piquete de honor en el Palacio Chigi.
La ‘cumbre’, que había levantado grandes expectativas, tuvo por objeto «profundizar el diálogo y coordinar los esfuerzos de movilización y acción europea ante los desafíos comunes que se multiplican y se agravan, examinando al mismo tiempo los próximos plazos en las relaciones entre Francia e Italia», según la nota.
«La reunión puso de manifiesto fuertes coincidencias en la agenda europea para la competitividad y la prosperidad, que debe aplicarse de manera ambiciosa y acelerada», así como «en la simplificación normativa, en las inversiones públicas y privadas, la energía y la plena aplicación del principio de neutralidad tecnológica» para «permitir que las empresas europeas compitan en igualdad de condiciones».
Algo que «también se aplica a los sectores en transición, como las industrias del automóvil y del acero, que requieren un fuerte compromiso europeo, así como a los sectores más avanzados, como la inteligencia artificial, las fuentes de energía renovables descarbonizadas como la nuclear, y el espacio, donde los intereses bilaterales y europeos están interconectados».
En su repaso de la agenda europea, Meloni y Macron se mostraron «decididos a colaborar en la preparación del próximo Consejo Europeo y, en general, en el próximo marco financiero plurianual, en cuestiones migratorias, en la ampliación de la Unión y en las reformas».
Los dos mandatarios acordaron, por último, volver a reunirse en Francia a principios de 2026, «con el objetivo de evaluar y actualizar el programa de trabajo que define los objetivos de la cooperación bilateral establecidos en el Tratado del Quirinal, que entró en vigor en 2023, en numerosos ámbitos sectoriales, con especial atención a la juventud».