Merlier gana en Dunkerque una etapa de tregua y Van der Poel sigue líder

El ciclista belga Tim Merlier del Soudal Quick-Step, vencedor al sprint la tercera etapa del Tour de Francia. EFE/EPA/MARTIN DIVISEK

Dunkerque (Francia), 7 jul (EFE).- En una jornada de tregua general y ritmo cansino, el esprint fue el único aliciente de la tercera etapa del Tour de Francia, disputada entre Valenciennes y Dunkerque, de 178,3 km, en la que se impuso en la ‘foto de llegada’ el campeón de Europa belga Tim Merlier (Soudal), mientras que el neerlandés Mathieu van der Poel (Alpecin) mantuvo el jersey amarillo.

El ciclista belga Tim Merlier (2-L) del Soudal Quick-Step gana al sprint la tercera etapa del Tour de Francia. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON

El tedio y la baja velocidad media, 41,6 km/hora, se revolucionó al final por la victoria de etapa, donde nunca caben reservas. Tim Merlier (Wortegem Petegem, 32 años) ganó el duelo por milímetros al italiano Jonathan Milan (Lidl), con la tercera plaza para el alemán del Bahrain Phil Bauhaus.

El ciclista belga Tim Merlier (2-L) del Soudal Quick-Step gana al sprint la tercera etapa del Tour de Francia. EFE/EPA/MARTIN DIVISEK

Hizo falta la foto de llegada para comprobar el triunfo del belga en Dunkerque. El campeón de Europa levantó un brazo como ganador por segunda vez en el Tour. En el Giro cuenta con cuatro éxitos, sobre un total de 61 victorias, 11 de ellas logradas este año.

Las caídas marcaron, no obstante, la etapa. Philipsen, el primer líder del Tour 2025, hubo de retirarse, Evenepoel aterrizó sin consecuencias a 3 km de meta, en zona de seguridad, y en la última curva varios ciclistas se fueron contra las vallas.

Los favoritos libraron y la general no sufrió cambios. Van der Poel perdió a Philipsen, pero no el maillot amarillo, que conservó en espera de más ‘clásicas’ con 4 segundos sobre Tadej Pogacar y 6 respecto a Jonas Vingegaard. Enric Mas es el primer español, sexto a 10, y Carlos Rodríguez está en el puesto 25 a 1.20 minutos.

Calma en el pelotón, nadie se anima a la escapada

Etapa llana, lluvia inicial y luego sol para secar la espalda de los corredores. En contra de la norma habitual, los equipos más modestos, sobre todo los invitados, no se ofrecieron para formar escapada alguna. El pelotón, encantado de rodar a menos de 40 por hora por zona llana, solo alterada por una tachuela de cuarta en el km 147, el Mont Cassel (2,3 km al 3,8).

Pacto de no agresión, tranquilidad después de dos días de nervios, caídas y diferencias entre los favoritos significativas. El pelotón pasó cerca de Orchies, donde el maillot amarillo Van der Poel lanzó el ataque decisivo que le permitiría ganar su segunda París Roubaix en 2024. El Alpecin del líder tomó la batuta por aquello de llevar el maillot amarillo, y por las opciones al esprint de Philipsen.

Philipsen, caída y retirada; Wellens quita trabajo a Pogacar

A 70 km de meta empezó a cambiar el decorado. La cómoda marcha, relajada, pactada, se alteró en las proximidades del esprint de Isbergues. Una maniobra extraña del francés Bryan Cocquard derribó al maillot verde y primer líder del Tour, Jasper Philpsen, eliminado con el hombro derecho magullado.

El Alpecin se quedaba sin uno de los candidatos para el esprint de Dunkerque y Jonathan Milan se lució anotándose los puntos intermedios con autoridad. El accidente volvió a calmar al pelotón, empeñado en tomarse el día como descanso activo.

En plena romería saltó del pelotón el campeón de Bélgica Tim Wellens. Eso sí, pidió permiso, y se largó a 36 km de meta con un objetivo. Puntuar en la cota de Mont Cassel y asegurarse el maillot de la montaña. De esta manera le iba a ahorrar a Pogacar, portador del maillot de puntos rojos, la ceremonia del podio.

Merlier le birla la etapa a Milan sobre la linea

La broma le dio a Wellens una renta de 1.42 minutos, pero levantó el pie para esperar al pelotón. Hay que agradecer los favores. Más calma camino de Dunkerque. Al paso por Bergues, localidad donde se rodó ‘Bienvenidos al norte’, comedia en la que un cartero encuentra la felicidad en un ‘infierno’, el grupo con los equipos de los esprínteres ya iba tomando posiciones.

Comenzaba lo serio después de que la organización dejara desierto el habitual premio diario de la combatividad. En el esprint reinó la locura y el caos. Una primera caída involucró a Evenepoel y a media docena de corredores en la última curva.

En medio del caos el Lidl colocó en inmejorables condiciones a Jonathan Milan, pero la reacción de Merlier fue impresionante y le metió al italiano la rueda sobre la misma línea. Una victoria de foto.

Llega otra ‘clásica’ interesante

Este martes la cuarta etapa vuelve a tener aroma de clásica en el recorrido de 174,2 km entre Amiens y Rouen, ya que en el último tercio se encadenan cinco cotas, la de Jacques Anquetil (4a, 3,5 km al 3,6), Belbeuf (3a, 1,3 km al 9,1), Bonsecours (4a, 900 metros al 7,2), Grand Mare (4a, 1,8 km al 5).

La última la rampa estará en la Cota de Saint Hilaire (3a, 800 metros al 10,6), con la cima a 5 km de meta. Final explosivo, clasicómanos y favoritos de nuevo a escena.

Carlos de Torres