Berlín, 5 ago (EFE).- El canciller alemán, Friedrich Merz, reiteró este martes la promesa de solidaridad del Estado alemán con los 400.000 integrantes que componen en la actualidad, según dijo, la minoría alemana residente en Rusia, los cuales tiene por ley derecho a inmigrar al país centroeuropeo.

«400.000 miembros de la minoría alemana viven en Rusia. Y es importante para mí asegurarles precisamente a ellos y a las minorías alemanas en Ucrania la solidaridad del Gobierno federal», afirmó en Stuttgart con ocasión de la firma, hace 75 años, de la Carta de los Expulsados Alemanes, según el discurso difundido por el gabinete de prensa del Gobierno.
El canciller remachó que el Ejecutivo mantiene la acogida de emigrados del este de Europa en base a la Ley de Expulsados, que reconoce como tales a las personas de etnia alemana residentes en los territorios de la antigua Unión Soviética antes de 1952 y que fueron represaliadas y sus descendientes.
Además, para los descendientes nacidos a partir de 1992 y que viven todavía en estos territorios, se «examinará» la posibilidad de facilitarlas la emigración a Alemania, añadió.
Merz aludió a la situación actual, marcada por la guerra de Ucrania, y señaló que «tres décadas después de la caída del telón de acero estamos en Alemania y en Europa otra vez ante una Rusia hostil, imperialista y revisionista».
Ante ello, hacen falta «respuestas políticas», tales como el fortalecimiento del pilar europeo de la OTAN, el apoyo a Ucrania en su guerra defensiva contra Rusia y la intensificación de las relaciones con Polonia y Francia, dijo.
Una pieza clave para asegurar la paz son los contactos entre las sociedades civiles, los cuales han de mantenerse «precisamente allí donde los estados autoritarios quieren provocar de nuevo la enemistad entre los pueblos», remachó Merz, aludiendo a Rusia.
El canciller, que recordó el sufrimiento, las privaciones e incluso la discriminación por la que pasaron los 12 millones de alemanes que fueron expulsados de sus hogares y llegaron sin nada a los territorios de la Alemania actual, aludió también fugazmente a la guerra en Gaza.
«A diario nos impresionan las imágenes de Israel y Gaza. Imágenes de mujeres, niños, ancianos, que viven en un paisaje de ruinas y no saben a dónde ir», señaló.
«La paz y la libertad no son una posesión. La paz y la libertad son una promesa, de un buen futuro, un futuro mejor que podemos contribuir a determinar y dar forma», agregó Merz.
El 5 de agosto de 1950, los representantes de los alemanes expulsados de los territorios perdidos tras la Segunda Guerra Mundial firmaron un documento por el que postulaban una serie de derechos y deberes, entre ellos el derecho a tener un hogar, el compromiso con la reconciliación y la reconstrucción de Europa y la renuncia a buscar retribución por la expulsión.