Sebastián Rodríguez Mora
Buenos Aires, 3 sep (EFE).- Tras 20 años de su debut en la selección argentina, Lionel Messi llega a su último partido oficial en casa -este jueves ante Venezuela por la penúltima fecha de las eliminatorias suramericanas del Mundial 2026- como líder absoluto de todas las estadísticas: nadie como él jugó tantos partidos, marcó tantos goles ni brindó tantas asistencias en la Albiceleste.
Con un saldo de 112 goles y 59 asistencias en 193 partidos oficiales con la celeste y blanca, el astro rosarino superó con creces al último gran ’10’, Diego Armando Maradona, pero también a leyendas de la talla de Gabriel Batistuta y excompañeros como Ángel Di María y Javier Mascherano.
El 16 de agosto de 2005, hace algo más de dos décadas, Messi reemplazaba en el minuto 64 a Lisandro López para transitar sus primeros segundos en el seleccionado absoluto, bajo las órdenes de José Pekerman, en un amistoso ante Hungría, partido del que también fue parte el actual entrenador, Lionel Scaloni.
‘Leo’ llegaba con las mejores perspectivas tras ser determinante en el triunfo argentino en el Mundial sub-20 de ese mismo año, pero aquel partido en Budapest no fue auspicioso: con el dorsal 18 en la espalda fue expulsado un minuto después por un golpe a un rival mientras intentaba su primer regate.
Pekerman fue fundamental para que ese chico que deslumbraba desde muy pequeño en Barcelona se vistiera de albiceleste, gracias a una convocatoria para un improvisado amistoso de un seleccionado juvenil ante Paraguay que tuvo por objetivo retener a la naciente estrella -de 17 años recién cumplidos- y evitar que fuera reclamado por el seleccionado español.
Su primer gol llegó en 2006, con escasos 19 años en un amistoso ante Croacia, y ese mismo año integró el plantel que disputó el Mundial de Alemania 2006, donde marcó un gol ante Serbia y Montenegro y fue por última vez considerado como una alternativa desde el banquillo.
A partir de allí, se convirtió en la pieza fundamental de cada combinado argentino que intentó durante años romper la sequía que acechaba a la Albiceleste desde el triunfo en la Copa América de 1993.
Desde entonces, Argentina se encuentra en su ‘era Messi’: jugando bien o mal, por sus presencias o ausencias, todo lo que pase en el seleccionado orbita a su alrededor.
La ‘Pulga’ suma 193 presencias, muy por encima de los ya retirados Javier Mascherano (147) y Ángel Di María (145), mientras que el más cercano en actividad es Nicolás Otamendi (126).
En Catar 2022 superó al alemán Lothar Matthäus como el jugador que más partidos jugó en copas del mundo (26) y se convirtió además en el argentino con más goles en mundiales (13), por encima de Gabriel Batistuta (10) y Diego Armando Maradona (8).
Messi detenta también el récord de haber sido el jugador argentino más joven en llegar a 100 partidos, en 2015, con 27 años.
Los 112 goles que cosechó con su seleccionado duplican a su inmediato perseguidor en esa categoría, Batistuta, que registró 54, y están cerca de triplicar al tercero, Sergio ‘Kun’ Agüero, que marcó 41.
El actual capitán argentino marcó diez dobletes, siete hat-tricks, 11 tantos de tiro libre, y hasta llegó a marcar cinco goles en un solo partido: triunfo 5-0 ante Estonia durante la preparación para Catar 2022.
También es el jugador argentino que más finales jugó con su selección: dos por Copas del Mundo (Brasil 2014 y Catar 2022) y cinco por Copas América (Venezuela 2007, Chile 2015, Estados Unidos 2016, Brasil 2021 y Estados Unidos 2024).
En una peregrinación constante de un lado al otro del océano Atlántico y en locaciones tan disímiles como Libia o China, el ’10’ buscó durante 16 años alzar un trofeo que por momentos pareció imposible, hasta esa final de Copa América en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, en 2021, cuando el gol de su amigo Di María contra Brasil saldó una deuda del fútbol con uno de sus mejores intérpretes.
A partir de allí, y en la cúspide de su madurez profesional, Messi tuvo solo alegrías: Finalísima 2022 ante Italia; campeonato del mundo en Catar 2022, con doblete en la final ante Francia y bota de oro incluidos; y otra Copa América en Estados Unidos ante Colombia, con un tobillo maltrecho y lágrimas.
En suma, el capitán argentino celebrará este jueves en Buenos Aires, ante Venezuela y cualquiera sea el resultado, un primer cierre de la historia de devoción y amor por su selección, después de cientos de gritos de gol, pero también de muchas adversidades y derrotas dolorosas ante las que, para alegría de todo un país, nunca se rindió.