Buenos Aires, 11 sep (EFE).- En un desafiante escenario económico y electoral, el presidente de Argentina, Javier Milei, se aferró una vez más a su política del ‘déficit cero’ para vetar más leyes que conllevan gasto público y habían sido aprobadas por el Parlamento, lo que ha desencadenado un mayor descontento social.
Tras el duro revés sufrido por La Libertad Avanza (LLA), el partido de Milei, en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires del 7 de septiembre, Milei prometió no moverse «ni un milímetro» de su programa económico, que tiene al equilibrio fiscal como uno de sus pilares.
Así, ese miércoles vetó la ley de financiación universitaria, impulsada por la oposición y aprobada en el Congreso el pasado 21 de agosto, que contempla disponer de mayores fondos estatales para la educación superior.
En las universidades públicas argentinas están matriculadas unas dos millones de personas, muchas de los cuales no podrían estudiar si la educación superior no fuera de acceso gratuito en este país.
Milei, que ya había vetado el año pasado una norma similar, alegó ésta vez, a través de un decreto, que la ley «genera un desequilibrio fiscal que mina la estabilidad macroeconómica y, por ende, se traduce en perjuicios concretos para la población, especialmente para los sectores más vulnerables».
Un argumento similar usó este jueves al vetar la ley que declara la emergencia en la salud pediátrica y que conllevaba destinar más fondos a este sector.
«Nuevamente el Congreso pretende impulsar una medida que, bajo la apariencia de defender una causa noble, genera un aumento desmedido e irresponsable del gasto público», afirmó el jefe de Estado, que cuenta con un superávit fiscal primario del 1,1 % del PIB acumulado en el los primeros siete meses del año.
El presidente argentino ya había vetado en agosto la declaración de emergencia en discapacidad y un aumento en las jubilaciones, normas que buscaban mejorar la crítica situación que atraviesan estos sectores de la sociedad.
Crece el rechazo a Milei
Los nuevos vetos presidenciales han generado un fuerte rechazo en la comunidad universitaria y el sector sanitario en todo el país, que este jueves prometieron incrementar las numerosas protestas que ya han realizado en las calles en los últimos meses.
Este viernes habrá huelga en las universidades, que programan además una marcha para cuando el Congreso trate el veto de Milei, mientras que los trabajadores del Garrahan, el mayor hospital pediátrico de Argentina, harán una marcha mañana y un paro el fin de semana próximo.
El descontento social va en aumento y no solo por el rechazo del presidente a normas que buscaban beneficiar a sectores golpeados por el severo ajuste impuesto por Milei desde finales de 2023, cuando llegó a la Presidencia.
A las denuncias por el caso de la fallida criptomoneda $Libra y por los presuntos sobornos en la Agencia de Discapacidad, se suma un escenario económico complejo, con inflación en desaceleración pero una actividad que se enfría, empresas en problemas y salarios que no alcanzan para llegar a fin de mes.
Parte del descontento se vislumbró en el revés sufrido por el partido ultraderechista La Libertad Avanza en las elecciones de la provincia de Buenos Aires, la más poblada de Argentina, donde el peronismo le sacó una ventaja de casi 14 puntos, lo que ha generado un importante revuelo de cara a las legislativas nacionales de octubre.
De acuerdo a un sondeo de la consultora D’Alessio IROL Berensztein, publicado este jueves, seis de cada diez argentinos evalúan negativamente la gestión de Milei, el nivel de desaprobación más alto desde que asumió el poder, y un 59 % considera que la situación económica está peor que el año pasado.
Milei, que en la campaña presidencial de 2023 había prometido que todo el ajuste recaería sobre la ‘casta política’ y no sobre los ciudadanos, busca ahora tender un puente de diálogo con los gobernadores provinciales, todos opositores y que también han padecido fuertes recortes en los giros de fondos desde el Estado.
Los gobernadores desconfían de que un diálogo con el Ejecutivo nacional prospere y temen que Milei también vete una ley que dispone mayores giros de recursos a las provincias.