Viena, 17 sep (EFE).- Son la ‘I’ en las siglas de LGBTIQ pero el elevado desconocimiento social sobre las personas intersexuales las convierte en un grupo muy vulnerable, objeto de un odio creciente y a menudo sometidas sin su consentimiento informado a cirugías y terapias de ‘conversión’, según alerta la UE este miércoles.
«Ser intersexual en la UE en la actualidad suele significar vivir una vida llena de adversidades, caracterizada por la privación de derechos fundamentales», sentencia un informe publicado hoy por la Agencia de Derechos Fundamentales (FRA) de la Unión Europea (UE).
El estudio se fundamenta en entrevistas realizadas en 2023 a 1.920 intersexuales en los 27 países de la UE, como también en Albania, Macedonia del Norte y Serbia, el mayor hecho nunca en el mundo sobre cómo viven y son discriminadas estas personas.
Explicando la intersexualidad
El reporte aclara que la cuestión de la intersexualidad se diferencia de la de identidad o expresión de género y la orientación sexual al tratarse de circunstancias específicas que se dan por nacimiento.
Las personas intersexuales nacen con variaciones naturales en las características sexuales -como los genitales, la anatomía, los niveles de hormonas o los cromosomas- que no se ajustan a la definición típica de mujer u hombre. Y que pueden manifestarse desde antes del nacimiento a la edad adulta.
La FRA estima que el 0,02 % de la población de la UE tiene esas variaciones innatas, aproximadamente unas 90.000 personas.
Entre todos los frentes de discriminación, odio y acoso que sufren, acabar con las intervenciones médicas no vitales y asegurar el consentimiento libre e informado antes de cualquier tratamiento es, para la FRA, el primer paso para mejorar su «dura realidad diaria».
Mutilaciones genitales
Las mutilaciones genitales son operaciones en cuerpos sanos cuando los genitales externos no parecen lo suficientemente «normales» para ser considerados masculinos o femeninos.
Intervenciones que, aparte de los posibles daños físicos y psicológicos, pueden violar derechos como la integridad física y la dignidad humana.
Aunque la FRA no dispone de datos sobre cuántas personas intersexuales han sufrido operaciones que pueden considerarse mutilaciones, sí señala que el 22 % de los encuestados asegura haber sido objeto de algún tratamiento o intervención, quirúrgica u hormonal, para modificar sus características sexuales.
La FRA advierte de que esas operaciones se ejecutan a menudo en la infancia, muchas veces sin el consentimiento libre, previo e informado de los menores o de sus padres.
Más de la mitad fueron sometidos a ese tratamiento antes de cumplir los dieciocho años, el 10 % incluso antes de cumplir uno.
El 57 % de quienes ha pasado por esas prácticas aseguraron que no se les facilitó (o a sus padres) toda la información necesaria sobre el procedimiento o sus posibles consecuencias.
Ante ello, la FRA insta a todos los Estados de la UE a que acaben con los esos tratamientos en niños sin su consentimiento libre e informado.
Actualmente, sólo cinco de los 27 países de la UE, entre ellos España, prohíben cirugías ‘normalizadoras’ no consentidas en menores.
Otra de las denuncias de la FRA se refiere a las terapias de ‘conversión’ que buscan modificar la orientación sexual o la identidad de género, y que pueden ir desde rituales religiosos a tratamiento psiquiátrico o hasta violencia sexual.
El 39 % de las personas intersexuales han sido forzadas a ese tipo de terapias, frente al 25 % del conjunto de LGBTIQ.
Pocos intersexuales, mucho odio
Los intersexuales son un grupo muy pequeño y desconocido. La mayoría de los ciudadanos saben menos de ellos que de otros grupos LGBTIQ, explica a EFE el autor del informe, Miltos Pavlou.
Además, señala, históricamente se consideraba la intersexualidad como una enfermedad, lo que la estigmatiza aún más, por lo que la FRA pide a los países que garanticen que no se haga referencia a las personas LGBTIQ en términos de enfermedad o anomalía.
«La falta de conocimiento y comprensión de lo que significa ser intersexual está siendo explotada y utilizada como arma por diferentes grupos que difunden desinformación tanto dentro como fuera de Internet, alimentando el odio y la violencia contra los miembros más vulnerables de nuestra sociedad», alerta Pavlou.
En un ambiente de creciente intolerancia, fanatismo y odio contra las personas LGBTIQ, los intersexuales se llevan la peor parte.
«Las personas intersexuales de la UE son las que sufren más violencia de todos los grupos LGBTIQ», denuncia Pavlou.
De hecho, las personas intersexuales son el único grupo de LGBTIQ que no ha experimentado en los últimos años un descenso destacable en los niveles de discriminación que sufren.
Políticos tras la violencia
En algunos ámbitos, incluso ha crecido. Si en un estudio de 2019 el 42 % denunció sufrir acoso motivado por el odio, en este nuevo reporte ese porcentaje sube al 74 %.
También crecen los porcentajes de intersexuales que dicen haber sufrido ataques violentos (22 al 39 %) o acoso escolar (54 al 76 %).
Para el 69 % de los encuestados, el principal motivo radica en los discursos negativos de los partidos políticos.
Esa presión tiene graves efectos en la salud mental, hasta el punto de que la mitad de las personas intersexuales han pensado en suicidarse, un porcentaje más elevado que el 37 % entre todas las personas LGBTIQ.
Antonio Sánchez Solís