Moda social: una vía de “reinserción” para las personas privadas de la libertad en México

El serigrafista Ismael Corona, trabaja en un taller textil este sábado, en la Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez

Ana Báez

Ciudad de México, 21 sep (EFE).- Hombres privados de la libertad en el Reclusorio Preventivo Varonil Sur y el penal de Santa Martha Acatitla, en Ciudad de México, “trafican telas, pinturas y lápices” para poner en práctica sus habilidades de dibujo, costura, diseño e impresión textil con lo que llaman “moda social”, un concepto con el que han encaminado la reinserción dentro y fuera de la prisión.

Un pequeño estudio de Cana 77, el proyecto de “moda social penitenciaria”, resguarda los diseños de Roy Rodea, José Luis Padilla, Juan Luis Hernández e Ismael Corona, personas que estuvieron o permanecen en prisión.

En ese espacio, donde piensan en “sentencias, amparos y juzgados”, hallaron también la “libertad mental” con el perfeccionamiento de técnicas de diseño textil.

“Lo que hacemos es explotar la imaginación, para que no solamente estén pensando en la cárcel (…) que los llevemos a pensar: ‘¿Por qué esta línea me quedó chueca?’ Que piensen en el trabajo; creo que ahí empieza a construirse la ventana del arte y empiezan a obtener su libertad mental”, afirma Ismael Corona a EFE, serigrafista y uno de los fundadores de Cana 77.

Corona fue privado de su libertad en 2009; al ser menor de edad recibió la pena máxima de cinco años, y explica que el delito por el que fue acusado también involucró a Roy, quien cumple una condena de 35 años.

El artista admite que Roy se convirtió en su “causa”, especialmente cuando, a través de intercambios telefónicos, encontraron un punto de “reconciliación” en la elaboración de textiles inspirados en la estética canera (de la cárcel) y la cultura chola.

“Él me platicó que empezó su taller de costura haciendo peluche”, relata Corona, quien también se capacitó en serigrafía y actuación dentro de la cárcel, con la Compañía de Teatro Penitenciario Calacas y Diablitos, donde conoció a Sandra Garibaldi, diseñadora de vestuario y otra de las fundadoras de Cana 77.

Garibaldi y Corona subrayan que el proyecto nació durante la pandemia de la covid-19, etapa en la que los talleres culturales cerraron, pero no “el trabajo penitenciario”, lo que les permitió ingresar como talleristas a Santa Martha Acatitla y al Reclusorio Sur, donde está Roy.

“Las puertas se cerraron en área(s) culturales, pero no en el trabajo penitenciario. Ahí es donde creamos una palabra, un poco agresiva para lo que está tipificada, pero traficamos con telas, pintura, lápices y todo lo que no era cultura lo pudimos traficar a través del área de trabajo penitenciario”, dice el serigrafista.

Reinserción y paz

La diseñadora de vestuario, Sandra Garibaldi muestra una prenda durante una entrevista con EFE este sábado, en la Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez

Según Garibaldi, la iniciativa es de costura y confección, pero también para motivar el “acompañamiento” colectivo.

“Llevamos comida, platicamos, hacemos territorio de paz, porque dentro de una penitenciaría o dentro de un reclusorio, (es difícil) lograr la concentración para coser una línea recta”, subraya la maestra.

Para Cana 77, agrega Garibaldi, la “moda social” consiste en que cada paso en la elaboración de las prendas “tiene un rostro y un nombre”.

Además, aclara que la ganancia de cada pieza se “reparte equitativamente” y, en el caso de las personas recluidas, los recursos llegan directamente a los familiares.

“Cuando conocí a Roy no sabía usar la cinta métrica y ahora (…) estas prendas son el resultado de estos talleres”, enfatiza Garibaldi al mostrar una serie de prendas que hacen “homenaje” a los colores utilizados en prisión con patrones de líneas que representan las rejas del encierro penitenciario.

Aunque los talleres se detuvieron en 2024, Corona y Garibaldi confían en la “reinserción social a partir del arte”, porque otorga las habilidades del “oficio creativo y puedes ganarte la vida expresándote”.

Por ello, este domingo, Cana 77 presentará en el Jardín Escénico de la capital mexicana ‘La Espera’, una obra de teatro dirigida por la dramaturga Conchi León, la cual estará protagonizada por la compañía de teatro a la que pertenece Corona y acompañada del rap canero de Antonio Cruz OG Lilman.

En la puesta en escena estarán los diseños de Roy y el resto de artistas, como «la elegante capa» negra de José Luis, que imaginó mientras estaba acostado en su celda en Santa Martha Acatitla.

El serigrafista Ismael Corona (i) y la diseñadora de vestuario Sandra Garibaldi posan durante una entrevista con EFE este sábado, en la Ciudad de México (México). EFE/Sáshenka Gutiérrez